Se ha comprometido a implementar «una política fiscal justa para una economía dinámica», suficiente para unos servicios públicos «de calidad», con bajadas de impuestos para «hacer crecer» a ciudadanos y empresas, lo que exige gestionar mejor porque «endeudar a las generaciones futuras no es lo mejor».
Los impuestos son «un elemento solidario», ha dicho Azcón, argumentando que los ciudadanos no pueden perder su bienestar individual y ha hecho hincapié en que Aragón «es la tercera comunidad menos competitiva» fiscalmente, una de las cinco primeras autonomías que «más castiga» con los impuestos y «esos recursos se gestionan de forma ineficaz».
Su Gobierno «va a devolver el equilibrio necesario entre impuestos y bienestar», ha prometido Azcón, criticando la política fiscal «desproporcionada e injusta», anunciando que bajará el tramo autonómico del IRPF con especial atención a las rentas bajas y medias, revirtiendo muchas de las subidas de los últimos 8 años, eliminando paulatinamente el impuesto de sucesiones y donaciones hasta el límite legal porque este gravamen es «un castigo al esfuerzo de toda una vida».
El impuesto de sucesiones es «especialmente injusto» y ahora «es hora de cambiar» para pasar a una política fiscal «razonable», que estimule la actividad económica. Ha avanzado su intención de subir a 700.000 euros el mínimo exento del impuesto sobre el patrimonio.
En cuanto a la fiscalidad de las empresas, pueden ser «competitivas y, a la vez, solidarias», alertando de las «circunstancias adversas» de los últimos años, que «han puesto en riesgo su viabilidad». «Vemos mucho empleo, pero no a los individuos a los que el Gobierno de la Nación ha sacado de las estadísticas, tampoco a los jóvenes que han migrado a otras comunidades».
No perder oportunidades
Azcón ha advertido de que Aragón crece y exporta por debajo de la media nacional, apuntando que en los últimos años se han implantado algunas grandes empresas, pero «se han escapado oportunidades históricas» y ahora «Aragón no puede perder oportunidades de ese calibre», para lo que ha propuesto una baja fiscalidad y ha reconocido que «queda mucho por hacer», como relanzar las plataformas logísticas.
Ha aludido a un «desafío pendiente», como es atraer nuevas empresas, mencionando la posibilidad de una fábrica de microchips, para lo que el Gobierno de España ha aprobado un PERTE de más de 12.000 millones de euros, a raíz de lo cual el Ayuntamiento de Zaragoza, que él dirigió el pasado mandato, propuso en su momento una alianza con el Ejecutivo aragonés. En esta legislatura contactará con inversores para que escojan Aragón como destino porque «no podemos dejar que pasen más oportunidades de largo».
También ha alertado de que hoy en Aragón hay mil empresas menos que hace ocho años, opinando que los fondos europeos no han sido correctamente aprovechados. Ha propuesto crear «facilidades» a las empresas y «oportunidades» para los trabajadores y las familias.
Además, su Gobierno pondrá la mirada en el territorio, en especial en materia de energía y agricultura y ganadería. Creará una comisión de investigación sobre energías renovables para aclarar las «irregularidades», que han sido «de alcance nacional». Ha defendido las renovables y la creación de un observatorio de la energía.
Agua
En cuanto al sector primario, el candidato a la Presidencia de Aragón ha abogado por renovar las explotaciones y dar «facilidades, no impedimentos» al sector, prometiendo ayudas directas para compensar los efectos de la sequía, ya que «las anunciadas por el Gobierno central no son suficientes». Ha citado otros problemas, como la falta de relevo generacional, apostando por fomentar la incorporación de jóvenes.
«Hace falta una política de agua eficaz», lamentando que se ha «renunciado» a algunas obras y ha fijado como objetivo garantizar la reserva hídrica estatutaria de 6.550 hectómetros cúbicos, lo que exige defender la ejecución de las obras del Pacto del Agua: «No vamos a renunciar a las obras que nos garanticen los recursos indispensables».
El uso y aprovechamiento del agua es uno de los ejes de un Aragón moderno. Hará «todos los esfuerzos necesarios ante todas las instancias y todas las Administraciones», ha garantizado Azcón.
Otro eje es «facilitar las oportunidades», subrayando que «no hay mejor creador de oportunidades que la educación», lo que requiere potenciar el esfuerzo y el talento. Asimismo, responder a las «frustraciones» de los aragoneses, por ejemplo, «la pérdida de calidad de los servicios públicos».
Jorge Azcón ha propuesto «ampliar nuestras vidas» sobre el bienestar, en alusión a la lucha contra la violencia machista, por ejemplo, y convertir la Administración pública en «un organismo ágil». Se ha comprometido a «simplificar» la relación de los ciudadanos con la Administración y «convertir en inversión cada euro destinado a la inversión» con una gestión «dinámica».
Nieve
Jorge Azcón ha enfatizado que la nieve es un sector estratégico, con la implicación de los sucesivos Gobiernos, aunque ahora «necesita un nuevo impulso, con una visión más amplia», que se plasma en el Plan Pirineos del PP, que aúna «la modernización, diversificación, integración y sostenibilidad», indicando que «el Pirineo ya no es solo nieve», es necesario «integrar todas las sensibilidades» de los habitantes del Pirineo y las medidas deben ser «medioambientalmente sostenibles» porque «solo tenemos un planeta».
El Gobierno abrirá «un proceso de diálogo» con la Diputación Provincial de Huesca, las comarcas y los municipios pirenaicos de cara a impulsar el Plan Pirineos, también contando con apoyo del Gobierno de España, ha concretado.
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