Los hechos tuvieron lugar a mediados de septiembre cuando, según han informado en una nota fuentes de la Comandancia de Bizkaia, agentes de la Sección Fiscal y de Fronteras inspeccionaron, antes de ser embarcada en la bodega de un avión, una bolsa que había sido facturada con destino a Madrid, de la que había «fundadas sospechas» que pudiera contener algún objeto prohibido.
Se trataba de un equipaje denominado RUSH (equipaje que indica máxima prioridad en su envío y viaja sin su propietario), por lo que se procedió a la localización de la propietaria de la bolsa, procediendo a la apertura del bulto y hallando en su interior un total de diez teléfonos móviles de alta gama.
Los guardias civiles preguntaron a esta persona si podía presentar algún documento o justificante que acreditase la legitima procedencia de los terminales, no pudiendo aportar documentación alguna.
Ante estas evidencias los teléfonos fueron incautados y a partir de ese momento se hizo cargo de las investigaciones la Unidad de Análisis e Investigación Fiscal y de Fronteras (UDAIFF) del aeropuerto de Bilbao, al objeto de esclarecer el origen de los móviles.
Tras las pesquisas, se pudo averiguar que siete de los diez terminales incautados habían sido robados, concretamente, tres en Bilbao, dos en Pamplona y los dos restante en Bayona (Francia).
A partir de ahí, los agentes procedieron a localizar a los propietarios de los móviles, a quienes les fueron devueltos sus smartphones. La propietaria del equipaje donde fueron hallados los móviles, en concreto una bolsa, ha quedado en calidad de investigada por un delito de receptación.
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