La última colección de vajilla cerámica diseñada por el artista madrileño Luis Feito, fallecido en 2021 a causa de la COVID-19, ya puede visitarse en el Taller Escuela Cerámica de Muel de la Diputación Provincial de Zaragoza. La muestra, integrada por 36 piezas, permanecerá en la exposición permanente, puesto que se ha donado a la institución provincial.
Creador plástico y de obra gráfica, Feito está considerado la figura más internacional de su generación. Además, fue germen, junto al aragonés Antonio Saura, del mítico grupo El Paso, un colectivo de artistas fundado en 1957 con especial relevancia en la consolidación de la vanguardia española de posguerra.
La colección se compone de 36 piezas, en concreto, 12 platos de presentación, seis platos hondos, seis llanos y seis de postre, más otros seis boles y dos caminos de mesa en algodón decorado con batik, todo ello con diseños de Luis Feito.
La diputada delegada de Cultura de la DPZ, Charo Lázaro, ha considerado que las piezas expuestas componen una «magnífica y delicada» vajilla, que recoge el estilo personal de Feito, caracterizado por el rojo y el negro, sirviéndose del blanco en el fondo.
En esta línea, el secretario de Feito, Antonio Cátedra, ha anunciado que la vajilla se dona a la Diputación de Zaragoza, puesto que en esta institución «admiran al maestro --Luis Feito-- y eso es una satisfacción». Asimismo, ha avanzado que también se cederá obra gráfica del artista madrileño.
Cátedra ha relatado que la idea de la vajilla responde a una petición del propietario de un taller de grabado, Pepe Herrera, y se produjo una tirada de 25 juegos, de los cuales siete se los quedó Feito. Uno de ellos es el que se expone en el Taller Escuela Cerámica de Muel.
La muestra permanecerá abierta al público de lunes a viernes, de 8.00 a 14.00 horas, con acceso gratuito. Asimismo, bajo cita previa, se pueden realizar visitas especiales para grupos durante el fin de semana. En este caso, los interesados deben contactar con el Taller Escuela Cerámica de Muel en el teléfono '976 145 225'.
La dpz y luis feito
No obstante, esta colección de vajilla no es la única que la DPZ expone de Luis Feito, ya que en el Centro de Arte y Exposiciones de Ejea de los Caballeros hay una muestra de obra gráfica, con litografías, estampas y aguafuertes. Allí, se pueden contemplar obras seleccionadas de su última etapa, creadas a partir de la exhibición que el Museo Reina Sofía organizó en 2002.
En ella, destaca el grabado que Feito crea para la serie especial 'Disparates de Fuendetodos', impulsada por la Fundación Fuendetodos Goya como homenaje a la colección de 'Disparates' que Francisco de Goya dejó inconclusa.
La mayoría de estas obras están tituladas con números, una de las señas de identidad de la obra de Feito, ya que desde los inicios de su carrera ha optado por denominar sus acrílicos sobre lienzo de este modo. La ausencia de título remarca la renuncia del autor a dar pistas interpretativas sobre los posibles significados de sus piezas.
Por su parte, el coordinador de Proyectos y Difusión Cultural de la DPZ, Ricardo Centellas, ha relatado que desde los años 50, Feito ya había realizado otras piezas de cerámica, así como diseño de tejidos y alfombras, «una constante en otros artistas de El Paso».
«Feito siempre estuvo entregado a todas las facetas de la creación, con una obra gráfica muy extensa», ha afirmado Ricardo Centellas.
Cosmopolita y abstracto
Luis Feito (1929) está considerado el pintor más cosmopolita del arte contemporáneo. La falta de medios económicos, consecuencia de la Guerra Civil, le lleva a abandonar pronto los estudios, aunque en 1950 es admitido en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde inicia una formación artística en la línea de la tradición figurativa, de la que enseguida se desliga, atraído por la pintura abstracta.
Ya con el título de profesor de Dibujo, en 1954 expone por primera vez de forma individual en varias galerías de Madrid. Ese mismo año, gracias a una beca, se establece en París, la meca del arte europeo. En la capital francesa recibe el influjo de grandes artistas asentados a orillas del Sena, lo que sumado a su afán por experimentar estimula la evolución de su pintura, antes basada en grafismos lineales, hacia una abstracción centrada en la mancha de color, con gruesos empastes de textura táctil.
Su residencia parisina no interrumpe su contacto con los pintores españoles coetáneos y en 1957 interviene en la fundación de El Paso. Se da a conocer en el ámbito internacional en las Bienales de Arte Mediterráneo de 1955 y 1956, aunque es durante su participación en el pabellón español de la Bienal de Venecia de 1958 cuando obtiene un unánime reconocimiento, lo que le abre las puertas de América.
Como miembro destacado de la joven pintura española, en 1960 expone su obra en acreditados museos de Nueva York, así como en otras ciudades estadounidenses. En su paleta de colores priman los rojos, negros y blancos. Supera problemas de salud gracias al yoga y a la meditación zen, se ve influenciado por la espiritualidad oriental y el carácter gestual de la caligrafía china.
En 1981 abandona París para instalarse en la ciudad canadiense de Montreal, en la que había expuesto en la década de los 60 y que luce una monumental escultura de acero suya. Dos años después se traslada a Nueva York, desde donde viaja con frecuencia por el Oeste americano fascinado por sus majestuosos escenarios naturales y la cultura nativa. Nunca descuida, sin embargo, su relación con España, donde regresa definitivamente en los años 90.
Aquí continúa su producción artística, a la par que recibe numerosas distinciones como el Premio Nacional de Arte Gráfico por la Calcografía Nacional de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid en 2018. Fallece ya nonagenario, en 2021, por complicaciones derivadas de la COVID-19.
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