La investigación llevada a cabo por el Grupo XXI de la Brigada de Policía Judicial y el Grupo Operativo de Investigación Zonal (GOIZ) se inició el pasado mes de septiembre --el último robo fue en enero-- cuando se produjo un robo de un cajero automático en una sucursal bancaria de una localidad de Guadalajara utilizando para ello un camión grúa previamente sustraído.
Avanzadas las pesquisas, los agentes comprobaron que podría existir un grupo organizado para cometer estos hechos el cual elegía pormenorizadamente las sucursales que reunieran las condiciones idóneas para poder llevar a cabo la sustracción de manera rápida e inadvertida.
Tardaban entre 5 y 7 minutos, por lo que pesa a saltar las alarmas de los bancos y recibir alguna llamada de testigos, no le daba tiempo a la Policía o la Guardia Civil de atraparles. Luego, desguazaban los cajeros en un centro de operaciones en El Molar, una finca okupada en un antiguo y conocido restaurante en la que vivía junto a su pareja uno de los detenidos. En ella han encontrado carcasas de cajeros y otros elementos utilizados para las sustracciones.
El 'modus operandi' era siempre el mismo. Previamente, un día antes generalmente, sustraían camiones-grúa de gran potencia que les permitieran arrancar el cajero del suelo o de la pared reventando sus amarres. Normalmente, iban acompañados de un coche de apoyo.
Antes habían estudiado dicho cajero y sucursal para ver las posibilidades más idóneas, ya que debían contar con vías de entradas y salidas accesibles para la grúa. Y daban los 'golpes' a finales de mes, cuando los cajeros tenían más dinero, ya que muchas personas mayores van a sacar el dinero de la pensión a partir del día 25.
Una vez en el lugar escogido, rompían las paredes y lunas de cristal con el brazo de la grúa para conseguir enlazar y levantar el cajero posteriormente con ayuda de las eslingas.
Tras el izado del mismo, lo depositaban sobre el propio camión para iniciar la huida a un centro de operaciones donde lo desguazaban para poder abrirlo y hacerse con el dinero. Luego, tiraban los restos del cajero en algún polígono, camino o escombrera cercana.
La banda perpetró robos de este poco frecuente método --solo se había registrado uno similar en 2021 en Alcalá-- en Guadalajara, en la calle Príncipe Carlos del madrileño de Sanchinarro, una tentativa en Getafe, otro robo ese mismo día en Pinto, Alcalá de Henares, y en la pequeña localidad de Valdelafuente, un cajero exterior cuya instalación había solicitado el Ayuntamiento para evitar que los vecinos tuvieron que trasladar a otros municipios para sacar dinero. En este último, los ladrones no necesitaron la pluma de las grúa al ser exterior.
SIMULABAN SER OPERARIOS DE OBRA
Para lograr pasar desapercibidos en el barrio donde actuaban, se vestían con ropa y protecciones reflectantes simulando ser operarios de obra que se encontraban realizando labores de mantenimiento de la vía pública. Por eso, los vecinos no sospechaban en casi ningún caso.
En ocasiones utilizaban un segundo turismo de apoyo, también robado, por si fueran descubiertos para poder garantizar la fuga del lugar de manera rápida. Las grúas también las robaban de obras, de asistencia en carreteras, de naves municipales en el que se acumulaban vehículos de obra, etcétera.
El pasado mes de noviembre estos individuos fueron localizados en su huida en un control policial tras cometer uno de los robos en la localidad madrileña de Alcalá de Henares. Tras detectar dicho control, el conductor del camión hizo caso omiso a las indicaciones de los agentes rebasando las barreras de bloqueo utilizadas, incluso los pinchos colocados.
Inmediatamente los ladrones abandonaron el vehículo, huyendo del lugar cruzando la autovía poniendo en grave riesgo su vida y la del resto de usuarios de la vía.
En esta ocasión el coche de origen alemán de gran cilindrada que iba de apoyo trató de arrollar a los agentes cuando le ordenaron el alto. Inmediatamente los agentes lograron la recuperación del camión sustraído así como del cajero el cual contenía en su interior 108.000 euros.
Posteriormente y tras numerosas gestiones policiales, los investigadores consiguieron identificar a los cuatro integrantes de este grupo así como la ubicación del centro de operaciones donde acudían una vez cometidos los hechos delictivos.
DISPOSITIVIO Y REGISTROS EN ALCOBENDAS, PARACUELLOS Y EL MOLAR
Por todo ello, se estableció un dispositivo que culminó con cinco entradas y registros en Alcobendas, Paracuellos de Jarama y El Molar, donde localizaron numeroso material para el robo de vehículos, la ropa reflectante que habían utilizado, eslingas, carcasas pertenecientes a cajeros sustraídos, máquinas de contar dinero, bandejas expendedoras y documentación.
Además se logró recuperar dos camiones-grúa y dos turismos sustraídos con placas falsas. La investigación contó con la tutela del Juzgado de Instrucción número uno de Alcalá de Henares.
La operación ha dado como resultado la imputación a los cuatro detenidos de los delitos de pertenencia a grupo criminal, seis sustracciones de cajeros automáticos, siete sustracciones de vehículos, dos sustracciones de placas de matrícula, falsedad documental y atentado a agente de la autoridad.
El cabecilla de la banda, alias 'El Grúas', era un hombre español de casi 50 años con antecedentes y detenciones policiales a finales de la década pasada. Tenía gran pericia en el mundo de las grúas y numerosos carnés para manejar diferentes vehículos.
Originario del sur de la capital, ahora se había instalado en el norte de la región y había reclutado a varias personas más jóvenes de origen magrebí para este 'negocio', lo que dificultó la investigación policial, ya que sus compinches apenas tenían antecedentes y menos por este tipo de delitos. Una vez pasaron a disposición de la autoridad judicial ésta decretó el ingreso en prisión de dos de ellos.
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