La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a veinte años de cárcel a Paul N. como autor de la muerte en julio de 2020 de su pareja Madalina N. en Torrejón de Ardoz.
Así consta en una sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, en la que se le pena como autor de un delito de asesinato, con la concurrencia de las circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal agravante de parentesco, y de cometer el delito por razones de género.
En concepto de responsabilidad civil, deberá indemnizar a la hija de Madalina en la cantidad de 200.000 euros, a los padres en la cantidad de 100.000 euros a cada uno de ellos, y al hermano de Madalina en la cantidad de 5.000 euros.
La condena llega después de que un jurado popular declarase al acusado culpable de asesinato por unanimidad, con la agravante de parentesco. La fiscal, la abogada de la Comunidad de Madrid y la acusación particular solicitaban 25 años de prisión.
Madalina, de origen rumano, murió como consecuencia del traumatismo severo que le habría causado el acusado con un objeto contundente en la madrugada del 13 de julio de 2020. La víctima ingresó en la UCI, pero fue desconectada 48 horas después al ser incompatible con la vida la fractura craneal que presentaba.
En su turno a la última palabra, Paul reiteró su inocencia y dijo que «vino a España para ahorrar y no para cometer delitos». «Todo lo que pasó fue después de salir del coche. Yo intenté reanimarla y llamé a emergencias», alegó. Una versión que no creyó el tribunal de jurado.
En su alegato final, la fiscal modificó sus conclusiones provisionales al calificar los hechos de un delito de asesinato y no de homicidio, por lo que elevó la petición de condena conforme a esta tipificación penal.
Lo hizo a la vista de las contradicciones en las que incurrió el acusado desde que arrancó la instrucción del caso, así como el testimonio de los peritos forenses que determinaron que la víctima no tuvo posibilidad de defenderse ante el ataque que recibió.
El día de los hechos, el presunto asesino manifestó a los servicios de emergencias que Madalina se habría atragantado con una espina de pescado el día anterior. Sin embargo los sanitarios hallaron en la garganta de la mujer un alambre, lo que impidió que fuera entubada en la ambulancia de camino al hospital.
Asimismo, el fiscal recordó que a uno de los policías le comentó que se había golpeado con la puerta del coche y que a su abogado le dijo que tal vez se había caído del coche en marcha para justificar los golpes que presentaba la mujer en la cara. En otro momento, aseguró que el día anterior a lo sucedido había dormido mal y por eso tenía esos moratones en la cara.
En el juicio cambió de versión y manifestó que su pareja habría sufrido un robo en un puente cuando volvía sola de tomar algo en un bar junto a él. Al parecer, se la encontró callada cuando regresó al coche y ella quiso bajarse y volver sola. Cuando Paul fue a buscarla, se la encontró inconsciente y ensangrentada.
El fiscal y las acusaciones mencionaron en sus informes el testimonio de los policías que relataron que ese mismo día los médicos del Hospital de Torrejón Ardoz alertaron a la Policía Nacional de la fractura craneal severa que presentaba Madalina incompatible con la versión del acusado acerca de que se había atragantado con una espina.
«Yo la vi en el hospital y tenía la cabeza totalmente deformada», subrayó al tribunal el instructor del atestado policial durante su comparecencia. 48 horas después de la agresión, los médicos de la UCI desconectaron a Madalina y falleció como consecuencia de la referida fractura craneal severa.
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