Juicio a un miembro de los DDP por dos intentos de homicidio | EUROPA PRESS

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El presunto integrante de los Dominican Don't Play (DDP) acusado de amputar una mano a un joven de 14 años por error en el transcurso de una 'caída' contra los Trinitarios ha defendido en su última palabra que ha podido cometer muchos delitos pero no de los que se le acusa en este procedimiento.

El juicio por los graves hechos ocurridos el 26 de abril de 2021 ha quedado este martes visto para sentencia con los informes finales de las partes y el alegato final del procesado.

«Yo he cometido muchos delitos y me he portado mal pero este no lo he cometido. Yo soy un chaval y me gustan las mujeres, la discoteca y la fiesta pero mi mayor debilidad ha sido la droga», ha señalado en su última palabra el acusado, quien asiste en prisión a terapia en Proyecto Hombre.

La representante del Ministerio Fiscal ha mantenido su petición de 28 años de cárcel por dos delitos de homicidio en grado de tentativa en relación a un delito de pertenencia con banda criminal; robo con violencia; y lesiones leves.

También solicita que el procesado pague 1.800 euros de multa y que indemnice al menor con un total de 462.176 euros y al otro joven que resultó herido con 37.100 euros.

La agresión, en la que participaron al menos unas diez personas, se realizó a machetazos en un parque de Latina de la capital. El ataque dejó a un joven en coma durante dos meses y ahora incapacitado con la necesidad de recibir asistencia de forma permanente.

En su informe, la fiscal ha expuesto que considera acreditado que el acusado pertenecía a la banda de los DDP en base a las identificaciones realizadas por la Brigada Provincial de Información de la Policía Nacional y al testimonio de los agentes que realizaron la entrada y registro de su domicilio en el que se halló un machete y una pistola detonadora.

Además, los agentes localizaron en su móvil conversaciones con miembros de la banda latina y le identificaron en vídeos colgados en redes sociales con estética de la citada banda llevando bandadas y gorros, y exhibiendo gestos identificativos con la citada organización criminal.

De igual modo, se sustenta la acusación en la declaración de los testigos presenciales de la agresión y que relataron cómo un grupo de unas diez personas vestidas de negro y bandadas se lanzaron al grito de tres, tres.

La prueba forense, según la fiscal, apuntala la acusación de delitos de homicidio en grado de tentativa al certificar los peritos que el menor al que se le amputó la mano corrió un riesgo vital al afectarle la herida a una arteria, por lo que pudo morir desangrado en el caso de que no hubiera sido atendido de urgencia.

El abogado de la acusación ha destacado que el relato de su cliente le estremeció por las graves secuelas que le ha dejado la agresión. «Cómo se puede agredir a un niño de 14 años con un machete. Es algo inconcebible», ha subrayado reconociendo que reconoció «con horror» al acusado sin ningún género de duda en el hospital.

La defensa ha criticado que en este juicio no se están juzgando los hechos por los que en su día se le identificó, recalcando que los testigos le reconocieron solo por la vestimenta porque el grupo iba tapado.

Ya en su informe previo, adelantó que solicitaba la nulidad de la entrada y registro del domicilio al no acudir un abogado y criticó la ruptura de la cadena de custodia del móvil incautado en el mismo.

En un parque de latina

Los hechos se produjeron cuando un grupo de jóvenes que se encontraba jugando a las cartas en un parque junto a la calle San Ruperto y San Mario fue atacado por varios individuos que portaban machetes y otras armas blancas.

Las víctimas trataron de huir siendo alcanzados por dos jóvenes. Un menor tras caerse al suelo fue agredido con machetes que le ocasionaron lesiones graves como la perforación de un pulmón y la amputación de una mano. Estuvo en coma durante varios días y el ataque le dejó secuelas de por vida al quedarle una discapacidad de un 97%.

Las identificaciones en sede policial fueron complicadas al ir los agresores vestidos de negro con el rostro oculto con capuchas, bandanas y «bragas hasta el cuello». Los afectados no vieron a los agresores pero pudieron observar en una de las manos de uno de ellos un tatuaje de una rosa, que coincide con el que tiene el procesado.

En su declaración, el acusado negó pertenecer a la banda y manifestó que en el momento de los hechos se encontraba con su pareja y después se fue a su casa, próxima al lugar donde se produjo la agresión múltiple.

A preguntas de la fiscal, reconoció que tiene amigos integrantes de bandas juveniles y que mantiene con ellos conversaciones por redes sociales. Además, dijo que en su casa tenía machetes y armas detonadoras para grabar un videoclip.

Según la fiscal, el procesado colgó una foto con un machete tras el ataque perpetrado en la calle San Ruperto. La víctima le identificó en una rueda de reconocimiento.

En la fase testifical, el menor que sufrió la amputación de parte de la mano narró que se encontraba con sus amigos en un parque jugando a las cartas cuando un grupo de unas cuatro personas se les echaron encima al grito de «de tres, de tres».

En su caso, trató de huir de la agresión pero se cayó y quedó tendido en el suelo, lo que aprovechó el grupo para propinarle machetazos en la cara, cabeza y hombro.

«Iban con capuchas y de negro. Gritaron de tres, de tres! Y nos atacaron», relató la víctima, que necesita tratamiento psicológico y ayuda diaria. «Necesito ayuda para todo, para comer, para vestirme...», se lamentó.