«En Bioparc Valencia quedará siempre el recuerdo del impresionante porte de Julio en sus recorridos por la zona que recrea la sabana», un recinto multiespecie «donde, con permiso del león que le ojeaba desde su atalaya, él era el rey», ha destacado el parque en un comunicado.
Julio era un macho de la subespecie de jirafa Baringo (Giraffa camelopardalis rothschildi) y un «portentoso representante del animal terrestre más alto que existe». Resultaba impactante contemplar «cara a cara» sus cerca de 6 metros de altura, ha explicado Bioparc. «El andar pausado, con los distintos tipos de antílopes y aves a sus pies, sus cortejos a las hembras y la ternura con sus crías, hacía de él un animal muy singular y estimado por todo el equipo de cuidado animal que durante todos estos años le ha aportado el máximo bienestar y que se encuentra muy afectado», ha añadido.
La muerte de Julio se ha producido con 18 años, lo que se contempla como una edad avanzada, teniendo en cuenta que la esperanza de vida en un entorno controlado se sitúa entre los 20-27 y en estado silvestre con un rango de 10-15 años.
Llegó a Bioparc Valencia en 2007 desde Aalborg Zoo (Dinamarca) con el objetivo de formar un grupo reproductor estable y emprender desde la capital del Turia un papel destacado en el Programa Europeo de Especies en Peligro (EEP) de esta bella subespecie de jirafa incluida en la Lista Roja de la UICN (Unión Internacional para la conservación de la Naturaleza) que se encuentra en grave amenaza de extinción.
Las poblaciones de jirafas están disminuyendo, incluso algunas subespecies han perdido hasta un 95% de sus individuos en las últimas tres décadas. Gracias a la alerta lanzada por el mundo conservacionista, con actuaciones in situ como las que se realizan desde la Fundación Bioparc, junto con las acciones ex situ emprendidas, actualmente existen 429 jirafas Baringo en parques europeos.
La herencia que deja Julio en este sentido ha sido «fundamental» y de su significativa paternidad, siete jirafas de su progenie se han integrado en otros grupos de cría controlada en diferentes parques europeos. Una de sus hijas, África, nacida en 2011, permanece en Bioparc junto a la hembra Zora.
La «triste noticia» del fallecimiento de Julio se produce justo unos días después de la enorme alegría que ha supuesto el nacimiento de un segundo elefante en el parque valenciano. Aunque su personal asume que «la pérdida de un animal forma parte del ciclo de la vida», desde Bioparc han asegurado que «este fallecimiento será muy sentido entre las personas que visitan Bioparc y para toda una generación de jóvenes que han crecido admirando la presencia de uno de sus animales favoritos y aprendiendo a valorar la necesidad de protegerlos».
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