Plantación interior de marihuana localizada en el distrito zaragozano de Miralbueno. | Policía Nacional

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La Policía Nacional ha detenido a siete personas --cinco hombres y dos mujeres-- en una operación contra el narcotráfico que ha culminado con el desmantelamiento de tres plantaciones interiores de marihuana en el distrito zaragozano de Miralbueno y la intervención de 21 kilos de esta sustancia procedente de 947 plantas y 1.557 esquejes, además de toda la infraestructura, maquinaria y útiles necesarios para su cultivo, mantenimiento y recolecta.

Los detenidos, que han pasado a disposición judicial, están acusados de delitos de tráfico de drogas, pertenencia a grupo criminal y defraudación de fluido eléctrico.

La investigación comienza el pasado mes de marzo, después de que los agentes recibieran informaciones sobre la existencia de una plantación interior de marihuana en una finca situada en Miralbueno, que consta de tres grandes edificaciones en una extensión de más de 1.500 metros cuadrados, ha informado la Policía Nacional.

Gracias a la colaboración de Endesa, la Policía Nacional comprueba que existía un consumo eléctrico muy elevado pese a no disponer de un contador que controlase el flujo eléctrico, así como que la acometida de luz se encontraba puenteada hacia el interior de la finca para conseguir energía sin coste, es decir, defraudando fluido eléctrico, algo muy habitual en las plantaciones interiores de marihuana.

Entrada y registro

Una vez efectuada la entrada y registro de la finca, los investigadores hallan a seis personas --cuatro hombres y dos mujeres--, de los que cinco realizaban labores de jardinería y otro, de vigilancia y protección del lugar.

La persona que realizaba funciones de vigilancia y protección se valía de un perro de raza potencialmente peligrosa como medida de seguridad ante posibles asaltos o acercamientos al lugar de personas ajenas a la organización.

Para la entrada y el registro de la finca se ha requerido al Grupo Operativo Especial de Seguridad (GOES), especializado en misiones de alto riesgo y asalto a viviendas, por las grandes dimensiones y ante la posibilidad de que los habitantes extremaran las precauciones para evitar su detención o deshacerse de la droga.

Además, antes de entrar, los agentes detectan la salida de dos personas en una furgoneta con una «cierta actitud de nerviosismo». Así, los policías comprueban que en la parte trasera del vehículo llevaban elementos de jardinería y desprendía un fuerte olor a marihuana, lo que junto al hecho de que portaban una cantidad inusual de dinero en efectivo que uno de ellos trataba de ocultar, provoca la detención inmediata de ambos.

Sobre estos dos individuos determina que uno, de nacionalidad colombiana, era el vigilante y el otro, de nacionalidad española, sería el jefe o encargado de la plantación que había venido ese mismo día desde Barcelona para llevarse parte de la plantación y traer tierra y fertilizantes para una nueva siembra.

Varias plantaciones

Una vez en la finca donde parecía encontrarse marihuana, los agentes comprueban que había varias plantaciones de marihuana y cinco personas trabajando en ellas en ese momento.

Estas personas estaban ataviadas para la ocasión y manipulando las plantas con herramientas de jardinería, por lo que en ese momento se les detiene a todos.

Seguidamente, los policías confirman que la finca se encontraba distribuida en tres edificaciones, dos de ellas con naves habilitadas para cultivar esta sustancia y otra como vivienda principal.

En la planta baja de una de las naves para cultivo se localizan dos plantaciones de marihuana perfectamente acondicionadas y en pleno funcionamiento --luces, extractores, humidificadores, aire acondicionado, medidor de temperatura--, y se incautan de 864 plantas en estado de crecimiento óptimo para iniciar la recolección de los cogollos.

En la primera planta de otra nave, se localizan 1557 esquejes de plantas de marihuana sembrados o cultivados similares a las anteriores plantaciones, lo que evidencia que el cultivo era constante, ya que cuando se recolectaban los cogollos de las plantas más crecidas, tenían preparadas otras para que empezaran a crecer.

Asimismo, se localiza un espacio destinado al secado de la marihuana en el que en ese momento había un total de 82 plantas en un tendedero secándose, así como gran cantidad de cogollos, ya secos, esparcidos para su envasado y reparto. En la zona de vivienda también se intervienen 1,5 kilos de cogollos de marihuana en una caja preparados para su distribución