La Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) ha ampliado su servicio de teleasistencia para personas mayores con 500 nuevos terminales para acabar con la lista de espera en los municipios de la provincia, ya que la capital aragonesa cuenta con su propio servicio.
Así lo ha indicado en rueda de prensa la vicepresidenta de la institución provincial, Teresa Ladrero, quien ha apuntado que el presupuesto para este año y el próximo es de 1.491.000 euros y que las 500 nuevas incorporaciones se llevarán a efecto en los próximos días, estando operativas un total de 3.000. Llega a todos los municipios de la provincia, excepto la capital aragonesa.
Ha explicado que este servicio es permanente, prestándose las 24 horas del día y los 365 días del año, a personas mayores de 65 años, el 80 por ciento de ellos, aunque también hay usuarios con menos años que lo utilizan por situaciones como la soledad o por discapacidad. El 80 por ciento son mujeres que viven solas y el 20 por ciento hombres. Del total, el 64 por ciento son personas que viven solas y el 36 por ciento acompañados.
«El modelo de prestación de servicios ha cambiado, es más directo, confortable, hogareño, a través de residencias, centros de día y la ayuda a domicilio», ha asegurado Ladrero, añadiendo que la DPZ presta el servicio de teleasistencia desde 1995, que permite a los usuarios «envejecer activamente en su hábitat, mantener sus rutinas con familiares y vecinos, en una etapa muy acompañada por la soledad».
Los profesionales que atienden este servicio de la Diputación «saben comunicar y conectar con los mayores», a quienes la teleasistencia les sirve de recordatorio, por ejemplo de sus citas médicas, y está conectado con los servicios sociales. Este servicio es una de las medidas para luchar contra la soledad no deseada, «una cuestión que preocupa».
Los teleoperadores realizan cuatro de cada cinco llamadas para control o recordatorio. Los profesionales que atienden este servicio son de distintas áreas, trabajadores sociales, psicólogos y terapeutas.
Para utilizar la teleasistencia, los usuarios reciben un collar con un interruptor que permite a los profesionales atender sus consultas y las emergencias, realizando un contacto verbal tras pulsar un interruptor, mediante un sistema de manos libres.
En los últimos dos años, el número de usuarios ha crecido un 21 y 22 por ciento, de forma que «va adquiriendo una intensidad», ha comentado Teresa Ladrero, quien ha enfatizado que la teleasistencia aporta una mayor seguridad a las personas mayores porque «están permanentemente conectados con alguien» y, además, en algunas ocasiones los profesionales hablan con las personas con las que conviven, cónyuges y otros familiares.
Este servicio de la DPZ recibió el año pasado un total de 182.000 llamadas, unas 500 diarias, 100 alarmas cada día. Del total, 5.890 fueron emergencias por caídas y otros problemas de salud, como mareos, traumatismos y otras circunstancias de mayor o menor incidencia.
A lo largo de 2023 el servicio de teleasistencia de la Diputación llegó a 3.667 domicilios y a un total de 5.663 personas, titulares y convivientes.
Según la última encuesta de satisfacción, realizada este mismo año, el cien por cien de los usuarios considera que recibir el servicio de teleasistencia le ayuda «mucho» --56 por ciento-- o «bastante» --44 por ciento-- a mantener su bienestar físico o emocional. Del mismo modo, el 99 por ciento afirma que le proporcional «total» --51 por ciento-- o «bastante» --48 por ciento-- tranquilidad, y casi dos de cada tres usuarios están «completamente satisfechos» con el servicios, el 63 por ciento, con un 37 por ciento de satisfechos.
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