Foto de familia en el acto 'Homenaje a la palabra', en recuerdo de Manuel Giménez Abad, en la sede de las Cortes de Aragón. | Europa Press

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El copresidente de la Fundación Giménez Abad, Manuel Giménez Larraz, además de hijo del jurista, parlamentario y político Manuel Giménez Abad, asesinado por la banda terrorista ETA el 6 de mayo de 2001, ha advertido de la «fragilidad de nuestra cultura democrática», lo que se convierte en el «terreno propicio para la desinformación».

En el acto 'Homenaje a la palabra', en recuerdo de Manuel Giménez Abad, que ha tenido lugar este lunes, en el patio de Santa Isabel del Palacio de La Aljafería, Giménez Larraz ha afirmado que «por muy sólidos o democráticos que puedan ser los cimientos institucionales de un Estado, no serán suficientes para asegurar la prosperidad y el bienestar si se antepone el interés particular sobre los valores compartidos».

También ha alertado acerca de la difusión de las noticias falsas: «Si son posibles es porque existe una audiencia deseosa de creerlas y eso apela al tipo de sociedad en la que nos estamos convirtiendo, caldo de cultivo para su propagación».

Giménez Larraz ha esgrimido que los componentes de la cultura democrática son «la defensa de los derechos y libertades de todos los ciudadanos, la tolerancia, la existencia de un espacio preponderante para la razón en el debate público y el fomento de los acuerdos y el diálogo». Frente a ello, «y como colofón a una conducta extendida desde hace más de dos años, se rebaja una y otra vez por la incoherencia y la prevalencia de los intereses particulares sobre los generales».

Ha lamentado la creación de espacios de «impunidad intelectual y política» en los que desparece la rendición de cuentas y se admiran las «grandilocuentes batallas culturales e ideológicas sobre la reflexión, la ecuanimidad, la moderación o la mesura».

En este contexto, ha reconocido la labor de la Fundación Manuel Giménez Abad en el fomento del diálogo, afrontando sin prejuicios todo tipo de debates y realzando las ciencias sociales y humanidades, «fundamentales para crear una sociedad crítica, capaz de defender los valores democráticos frente a la desinformación».

Pluralismo parlamentario

La presidenta de las Cortes de Aragón, Marta Fernández, ha subrayado que la Fundación Manuel Giménez Abad, de la que también es copresidenta, ha pretendido, desde su creación, «ser reflejo del pluralismo parlamentario, del ser y estar aragonés», porque «solo desde el más estricto respeto a las muy diferentes voces que se sientan en su patronato tiene razón de ser su trabajo».

Ha recordado la figura de Giménez Abad como alguien «vinculado a lo mejor de la democracia, a la palabra», ya que fue diputado en las Cortes de Aragón entre 1999 y 2001, consejero de Presidencia y Relaciones Institucionales, y senador por la Comunidad Autónoma. En 2001 fue elegido presidente del PP-Aragón.

La palabra, ha continuado Fernández, «no puede explicar lo que significa una vida rota por el fanatismo, hacer entender el dolor provocado por tanta irracionalidad, pero sí es el instrumento necesario para vencer convenciendo, para lograr que una comunidad pueda organizarse alrededor de principios como la libertad, la justicia y la igualdad».

Por ello, la Fundación Manuel Giménez Abad trabaja en incrementar su acervo documental, publicaciones, expansión internacional, colaboración con aliados, difusión e investigación en estudios parlamentarios y constitucionales.

Fortaleza del sistema

Por su parte, el presidente del Gobierno de Aragón y líder de los 'populares' en la comunidad autónoma, Jorge Azcón, ha expresado que los violentos y los criminales «nunca podrán vencer a quienes defendemos la paz y la democracia».

«La fortaleza de la democracia, del pueblo español, del sistema de Justicia y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han derrotado a grupos sanguinarios como ETA y el GRAPO», pero la «amenaza sigue estando ahí, con fenómenos nuevos e igualmente peligrosos como el Yihadismo, y con quienes quienes sostienen un relato falso y glorificador de esas bandas terroristas», ha apostillado.

Azcón ha pedido «no cejar en el empeño de construir una sociedad libre de terrorismo» y ha considerado «crucial» construir un relato que neutralice el discurso manipulado de quienes intentan blanquear a los terroristas y siguen justificando en el presente su actividad criminal felizmente erradicada para mantener el sistema democrático «sano y robusto».

Ha criticado que el único legado de ETA y los GRAPO, «bandas criminales injustificables», así como de quienes las «respaldaban, apoyaban y jaleaban» y, aún a día de hoy lo siguen haciendo, es «el horror y el crimen».

En este punto, ha rememorado las palabras del expresidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, sobre Bildu, en el aniversario del asesinato del político aragonés el pasado año, en el que indicó, haciendo referencia a Bildu, que era precisa «la eliminación de cualquier tipo de participación de los filoetarras en la gobernación de España».

Ha emplazado a la sociedad a «hacer todo lo posible para que el legado terrorista, que representan grupos claramente filoterroristas, que por desgracia determinan e influyen la gobernabilidad de España, desaparezca definitivamente».

Por desgracia, «un año después, los herederos de ETA siguen siendo determinantes en la gobernabilidad de España y tenemos que seguir denunciándolo, porque solo hubo criminales sin justificación y víctimas de su odio y su sin razón», ha asegurado el presidente del Ejecutivo autonómico.

Memoria, dignidad y justicia

Los aragoneses «hemos sufrido con especial crudeza la sinrazón y la barbarie de los terroristas, los ataques criminales de ETA, de los GRAPO y de otras bandas de ultraizquierda que se creyeron en el derecho de imponer sus ideas mediante la violencia, el asesinato y la extorsión», ha observado, para después elogiar la «ejemplar respuesta democrática del territorio ante el terrorismo».

Han pasado 23 años y los demócratas «seguimos aquí, en la Casa de la Palabra, para decir que no pudimos evitar que a Manuel --Giménez Abad-- le quitasen la vida, pero que nunca vamos a permitir que le arrebaten su memoria, sus ideas y su magnífico ejemplo». «Su sacrificio es el mayor de los estímulos para defender nuestro sistema democrático, la libertad y los derechos humanos».

En esta línea, Azcón ha instado a recordar a todas las víctimas del terrorismo y «honrar su memoria» porque de esta manera no se olvidará a sus asesinos y quienes les apoyan y enaltecen. Junto a la memoria y la dignidad, el presidente del Gobierno de Aragón ha reclamado «justicia», puesto que se tarda «demasiado tiempo en dar satisfacción judicial a las familias de las víctimas».

En caso de la familia de Manuel Giménez Abad, ha precisado, han sido 22 años para «reparar el daño moral de conocer la sentencia del crimen. No obstante, sigue habiendo más de 300 asesinatos de ETA sin resolver», por lo que ha urgido «hacer todo lo posible» por evitar la impunidad, seguir investigando los crímenes y lograr mayor agilidad el procesamiento de los culpables y las sentencias.

Xxi premio 'manuel giménez abad'

En el acto se ha entregado el XXI Premio 'Manuel Giménez Abad' para trabajos de investigación sobre democracia a Miguel Ángel Sevilla, autor de 'Las relaciones de coordinación entre las integraciones económicas y sus Estados parte. Un estudio desde la teoría federal'.

El autor ha resaltado el «enfoque y mirada» con el que ha abordado el tema, que ha calificado de «original, detallada y científicamente provechosa».

También han asistido a este homenaje anual las alcaldesas de Zaragoza y Huesca, Natalia Chueca y Lorena Orduna; la viuda de Giménez Abad, Ana Larraz, y su hijo, Borja Giménez Larraz; así como consejeros del Gobierno de Aragón y diputados autonómicos.