Los hechos ocurrieron en el IES Les Alfàbegues de Bétera cuando un grupo de alumnos, en respuesta a unas compañeras que exhibieron en el patio una bandera LGTBI, acudieron al centro con banderas de España y, debido a la tensión generada, empezaron a increpar con gritos despectivos al docente que, previamente, había tratado de poner fin al conflicto.
Álvarez, al poco tiempo de sufrir la agresión interpuso una denuncia en el juzgado de Castelló --donde reside-- y, debido a un «error» por parte de los funcionarios de este juzgado, no se trasladó al de la localidad valenciana de Llíria, que era el que tenía las competencias del caso al haber ocurrido en Bétera.
Después de varios meses con el caso paralizado por este error, el docente volvió a iniciar desde el principio el proceso de la denuncia y, según ha explicado a Europa Press, hace un mes desde la Fiscalía de Menores le notificó que había sido archivada porque el supuesto delito de odio alegado había prescrito al haber pasado un año.
«Yo estaba a la espera de recibir nuevas informaciones sobre el trámite, pero, al empezar desde cero con el proceso, nadie me había informado de que al haber pasado un año ya habían prescrito los hechos», ha manifestado.
Ante esta situación, el docente ha expresado el «total abandono» y la «indefensión» que siente por parte de la Justicia, ya que considera que lo que vivió es un hecho probado y ha lamentado que, debido a un «error humano» de una funcionaria de justicia, haya terminado prescrito.
Los alumnos "no han aprendido nada"
En este sentido, ha señalado que, en casos como el suyo, la justicia debería actuar «mejor» y seguir unos protocolos. «Si ha sido un error de ellos no se debería archivar ni prescribir --la denuncia--. Yo entiendo que se prescriba si yo lo he denunciado tarde pero que por un error de ellos esto se quede en nada no lo entiendo», ha aseverado.
Asimismo, Miquel Álvarez ha incidido en que la finalidad de su denuncia era que los hechos que él vivió no volvieran a producirse, ni con él ni con nadie, y que, tras lo ocurrido con su caso, considera que los alumnos que participaron en la agresión «no han aprendido nada».
Preguntado por la posibilidad de reabrir la investigación, el profesor ha indicado que ha pasado «mucho tiempo» desde que ocurrieron los hechos y que, si se volviera a abrir, --algunos de los implicados ya son mayores de edad--, «no tendría sentido» porque la finalidad era que se investigara en ese momento y no «dos años después». «Es una decepción absoluta», ha asegurado.
Finalmente, ha apuntado que «todavía» siguen estudiando el tema para ver si se puede hacer algo para cambiar lo ocurrido.
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