Imagen de archivo - Una persona usa el teléfono móvil, a 1 de febrero de 2024, en Barcelona, Catalunya (España). | David Zorrakino - Europa Press - Archivo

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El doctor en Neurociencia Michel Desmurget, autor del libro 'Más libros y menos pantallas. Cómo acabar con los cretinos digitales', publicado en castellano por Península y en catalán por Edicions 62, ha abordado en este ensayo el «impacto negativo» de las pantallas en el aprendizaje de niños y adolescentes, así como en su desarrollo.

En una entrevista de Europa Press, ha considerado que las pantallas tienen un «efecto de distracción» sobre los niños, les quitan tiempo para otras actividades de aprendizaje y para dormir, y les afectan en el idioma y la comunicación.

Desmurget ha asegurado que las pantallas también tienen un efecto negativo sobre los resultados académicos de los niños, y ha hecho referencia a estudios que demuestran que dar un 'smartphone' a un joven implica que al cabo de tres meses tiene un «descenso significativo en su habilidad de concentración».

Por el contrario, el libro tiene resultados claramente positivos, en sus palabras, sobre los resultados académicos, porque «hacen a los niños más inteligentes», mejorando su lenguaje, creatividad y aprendizaje en general.

Para el autor, leer ayuda en los resultados académicos de materias como Historia, Filosofía y Lenguas, pero también en otras como Matemáticas, Ciencia o Biología, ya que «leer es la primera habilidad para dominar estas áreas y entender la pregunta que se formula».

Los libros ayudan a la escritura

Ha destacado que los libros ayudan a mejorar la capacidad de escribir de los niños, debido a que el lenguaje en un libro es más complejo: «Cuando lees tienes más habilidad para escribir, para estructurar tu conocimiento, tienes más habilidad de organizar una jerarquía de ideas y priorizar la parte intelectual».

De hecho, en el ensayo el autor asegura que «ha llegado la hora de devolver al libro el lugar que le corresponde y demostrar que la lectura por placer no constituye en absoluto una práctica elitista, sino un imperativo urgente de desarrollo» para los niños.

Ha señalado que los libros provocan un importante impacto emocional sobre los niños, ya que les permite aumentar su capacidad para «sentir lo que sienten los personajes», lo que se traduce en una mayor empatía y entender mejor a los demás.

Limitación de las pantallas

Desmurget se ha mostrado favorable a limitar las pantallas y los 'smartphones' porque considera que son muy adictivos y generan una alta dopamina, y que el cerebro de un adolescente es «más sensible que el cerebro de los adultos ante estas pequeñas activaciones».

«El cerebro necesita madurar y los jóvenes no tienen esa madurez. Realmente el 'smartphone' es una amenaza», y ha considerado que, por tanto, se debería limitar el uso de las pantallas y móviles inteligentes que alcancen esa madurez cerebral.

En este sentido, el autor ha defendido que «es el momento de que los padres y los profesores, que no hacen dinero con esta industria de los móviles y las pantallas, se pongan de acuerdo para limitar» su uso entre los niños.

Ha remarcado la importancia de que los padres ayuden a los niños leyéndoles historias y poniéndoles un límite al tiempo de uso de las pantallas, y cree que se debe seguir concienciando a los padres sobre el «impacto que tienen los libros en el aprendizaje».