La consellera de Justicia, Derechos y Memoria de la Generalitat en funciones, Gemma Ubasart, ha apostado por una ley catalana que establezca protocolos en justicia restaurativa, que ha defendido debe ser universal y convertirse en un derecho más, para dar un «salto cualitativo y cuantitativo».
«25 años después del primer servicio de justicia restaurativa en adultos, es momento de hacer un salto cualitativo y cuantitativo. Creo que estamos en disposición de que la justicia restaurativa se convierta en un derecho de ciudadanía», ha afirmado al intervenir este viernes en una jornada sobre justicia restaurativa organizada por la Conselleria.
En la jornada se ha presentado la 'Estrategia Justicia Restaurativa 2030: de un servicio pionero a un derecho de la ciudadanía', que ha impulsado el departamento, con un plan piloto en Tarragona y Terres de l'Ebre (Tarragona), y Ubasart ha defendido «avanzar hacia una vía para pensar en la justicia en el siglo XXI, transitar de una perspectiva más retributiva a una perspectiva restaurativa».
Ha recordado que la justicia restaurativa se empezó a aplicar en Catalunya en 1990 en la jurisdicción de menores, donde está más avanzada que en la de adultos (se empezó en 1998), y la consellera ha llamado a «empujar» para una normativa estatal que la regule para los adultos.
Además de esta ley estatal que reclama, Ubasart ve necesaria una ley catalana que «ordene» su funcionamiento y también ha apuntado a la creación de una figura en la administración catalana de técnico de gestión de conflictos, que contemple la experiencia en este campo.
La ley ya permite "bastantes cosas"
En declaraciones a los periodistas durante el acto, Ubasart ha valorado que la justicia restaurativa «debería estar en todas las fases» del proceso, no solo antes de llegar a juicio, sino incluso en la ejecución penal con medidas penales alternativas en prisión.
Aunque defiende legislar al respecto, ha señalado que el marco legislativo que ya existe «permite hacer bastantes cosas, pero la alternatividad al proceso penal está más abierta en el ámbito de menores que en el de adultos».
«La universalización del servicio, solo con el marco legislativo que tenemos ahora, ya puede llegar muy lejos», se ha mostrado convencida de que el trabajo puede continuar sea cual sea el Govern que tome el relevo, y en este sentido ha insistido en que los distintos ejecutivos catalanes han trabajado en la materia desde los años 90.
Cifras de justicia restaurativa
En Catalunya, el año pasado se terminaron 1.728 programas de mediación penal en el ámbito de la justicia juvenil, en los que intervinieron 1.622 menores (75% chicos).
Las víctimas participaron en el 63% de los procesos o bien con un encuentro directo entre las partes (46%), con una mediación indirecta (45%) o con una reparación a iniciativa de las partes (9%).
La mayoría adolescentes que llegan a la mediación penal lo hacen por delitos de lesiones (32,5%) o contra el patrimonio (29,1%), y en un 82,2% de los casos la mediación penal es satisfactoria para a les partes, según datos de la Conselleria.
En la jurisdicción de adultos, el año pasado el servicio de justicia restaurativa finalizó 2.246 casos, un 64% de forma exitosa, y los procesos duraron de media 58 días.
La mayoría de víctimas (53%) y victimarios (67%) fueron hombres, y un 52,9% de casos se resolvieron con mediaciones indirectas, un 18,3% con mediaciones conjuntas, un 25% con una entrevista reparadora con la víctima y un 3,8% en círculos restaurativos en los que participa la comunidad afectada.
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