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El Arzobispado de Barcelona exigió en diciembre de 2023 a un vicario de la parroquia de Sant Fèlix Africà, Pere Muñoz, pedir «perdón» por haber guardado silencio sobre los abusos sexuales del antiguo párroco, José Mariné Jorba, a Aurelio Álvarez cuando hacía de monaguillo en los años 70.

Durante la investigación, Muñoz --que tenía 95 años-- manifestó ante el Tribunal Eclesiástico de Cartagena (Murcia) que «nunca vio nada, pero sí sabía que en las reuniones habituales del párroco con algunos niños de la parroquia podía suceder algo irregular», según un comunicado del Arzobispado de este lunes tras la noticia publicada el sábado por 'El País' sobre el párroco Mariné Jorba, muerto en 2010.

Muñoz afirmó también que había otro hombre externo a la parroquia, de quien no recordaba el nombre, que también intervenía en las reuniones, aunque no denunció los hechos a sus superiores.

Su silencio perjudicó "gravemente"

Cuando la declaración de Muñoz llegó al Arzobispado, el cardenal arzobispo Joan Josep Omella ordenó abrir diligencias para determinar responsabilidades y consideró que «su silencio había perjudicado gravemente a las víctimas, que la infracción era grave y que era necesaria una reparación».

El 14 de diciembre de 2023 se dictó el decreto y se impuso a Muñoz una penitencia que consistía en pedir «perdón» por su omisión a Aurelio Álvarez por carta.

La edad avanzada y la enfermedad de Muñoz impidió formalizar por escrito el perdón, y en mayo de 2024 murió antes de cumplir esa penitencia, hecho que se comunicó a Aurelio Álvarez por correo electrónico.

«En este correo le trasladamos, en nombre de Pere Muñoz, el perdón que el difunto no tuvo tiempo de formalizar por escrito», añade el Arzobispado, y se facilitó a la víctima la lectura de la declaración íntegra de Muñoz ante el Tribunal.

Animan a las víctimas a denunciar

El Arzobispado recalca que cuando la víctima presentó la denuncia, el 28 de marzo de 2023, se le ofreció atención psicológica y espiritual, y que, aunque la víctima quiso escoger otra psicóloga, siguieron asumiendo el coste íntegro del tratamiento.

«Queremos afirmar de nuevo que quedamos a la absoluta disposición del sr. Aurelio Álvarez con el objetivo de que pueda reparar la profunda herida personal y espiritual que le provocó el abuso sexual que sufrió. A su vez, reiteramos nuestra solicitud de perdón ante todas las posibles víctimas y las alentamos a que comparezcan ante el Arzobispado de Barcelona y presenten su denuncia», ha añadido.