La investigación comenzó en abril de este año, cuando el Equipo contra Robos en el Campo (ROCA) de la Compañía de la Guardia Civil de Torrevieja se hizo cargo de una denuncia de estafa relacionada con la compra de naranjas en una finca de la pedanía de Arnéva, en el municipio de Orihuela, según ha indicado la Benemérita en un comunicado.
Los presuntos autores de esta estafa firmaron un contrato de compraventa de 18.720 kilogramos de naranjas con la víctima, especificando un pago de 5.054 euros mediante transferencia bancaria que nunca se realizó. Tras adquirir la mercancía, los estafadores la vendieron a un tercero, que la adquirió de buena fe.
Los presuntos autores, una pareja compuesta por un hombre y una mujer, ambos empresarios del sector agrícola, contactaban con la víctima mediante un corredor que intermediaba de buena fe, ya que había realizado negocios previos con la víctima.
La mujer, que ejercía como cabecilla, negociaba el precio, recolectaba la mercancía, pactaba la forma de pago mediante transferencia bancaria y se quedaba con el dinero obtenido de la venta del producto adquirido mediante el engaño. Aunque la víctima entregaba el producto y realizaba la factura, los responsables de la estafa nunca realizaban el pago acordado.
La operación Moños 24, apoyada por el Puesto Principal de la Guardia Civil de Almoradí, incluyó cuatro inspecciones en explotaciones agrícolas y mercantiles de Orihuela y Beniel. Los sospechosos, conocidos por hechos similares, realizaban las negociaciones y fijaban precios, utilizando la fachada de una empresa aparentemente solvente para ganar la confianza del agricultor.
El 13 de mayo, en la localidad de Beniel, los investigadores localizaron a los presuntos autores de la estafa, un hombre y una mujer de 40 y 46 años de edad respectivamente, residentes en dicha localidad. Ambos fueron detenidos y, tras prestar declaración, fueron puestos en libertad con indicios. Las detenciones fueron notificadas al Juzgado de Instrucción del Partido Judicial de Orihuela.
Estas estafas se caracterizan por utilizar la fachada de una empresa de aparente solvencia para adquirir mercancías de fácil y rápida comercialización, como productos alimenticios, frutas y hortalizas. Los estafadores pagan a plazos con tratos verbales o cheques sin fondos, vendiendo la mercancía obtenida a un precio inferior para obtener efectivo de inmediato.
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