La jueza de Instrucción número 19 de Madrid ha celebrado esta mañana la vistilla de ratificación de prisión provisional de Maria José E. J., matriarca del clan toledano de los Bargas, y su hijo Kevin por el crimen de Borja Villacís, ocurrido el pasado 4 de junio en la carretera que une el barrio de Montecarmelo de la capital con El Pardo, han informado fuentes jurídicas.
Los presuntos asesinos cumplen prisión preventiva desde el pasado 7 de junio. Esta mañana han sido trasladados en un furgón de la Guardia Civil a los calabozos de los juzgados de Plaza de Castilla para la celebración de la vistilla de comparecencia del artículo 505 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LEC).
La vistilla ha tenido lugar en la sala de vistas del propio Juzgado de Instrucción número 19 de Madrid en presencia de al menos una de las abogadas que defiende a los presuntos asesinos y varios letrados de las acusaciones particulares.
Los periodistas han sido expulsados de los pasillos de la planta sexta de los juzgados por orden judicial. La jueza se encuentra a estas horas redactando el auto para la ratificación de prisión, según apuntan fuentes jurídicas.
La madre fue la primera detenida por el crimen al conducir el coche desde el que Kevin habría efectuado los disparos mortales en lo que pudo ser una emboscada tras una quedada pactada.
La orden de ingreso en prisión de Kevin partió del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Illescas (Toledo), cuyo titular se inhibió a favor de la jueza de Instrucción número 19 de Madrid, de guardia el día del levantamiento del cadáver. Un tercer detenido fue puesto en libertad provisional.
Detenida, al poco del crimen
María José E. J., la mujer de 52 años y nacionalidad española, fue localizada en un lavadero de coches situado en la plaza Elíptica de Madrid después de ser grabada cambiando las placas de la matrícula junto a un descampado de la carretera de Fuencarral al Pardo minutos después del asesinato.
La Policía tiene acreditado que conducía ese vehículo, un BMW que resultó abollado en la escena del crimen y con los airbags explotados. En el descampado se le vio con otras dos personas más jóvenes, a las que María José acercó en el coche hasta la escena del crimen.
Uno de ellos sería su hijo Kevin P., de 24 años, una de las personas que dispararon a Borja y a su amigo Luis F. A., español de 27 años, quien resultó herido. Esta persona proporcionó información muy relevante a la Policía sobre el caso.
Kevin fue arrestado en Yuncos (Toledo) en una operación conjunta del GEO de la Policía Nacional junto a su compinche Ismael E.I.V., un ciudadano de origen marroquí de 24 años, en el momento en el que se iban a cambiar de guarida, según las mismas fuentes.
Investigación abierta
La investigación continúa abierta, ya que Ismael podría haber ejercido solo de encubridor y, por tanto, quedaría uno de los asesinos por detener. Además, queda pendiente de conocerse si alguna persona recogió a los dos tiradores en el entorno norte de la M-40 para trasladarles a Yuncos.
Los agentes también detuvieron a una cuarta persona, Omar, otro ciudadano de origen marroquí con el que estaban en ese momento con Kevin e Ismael. Pero, una vez comprobado que no tenía relación con el homicidio material, quedó en libertad con cargos, al dar cobijo a los supuestos asesinos en la casa okupa en la que vivía con su compatriota.
Los agentes del Grupo V del Homicidios de la Policía Nacional de Madrid siguen analizando las causas de lo ocurrido. Cada vez tienen más claro que Borja Villacís no sería el objetivo de los detenidos sino que habría acudido a la cita como mediador o acompañantes de sus amigos y el clan de los toledanos por problemas derivados de una denuncia contra Kevin por destrozar un coche.
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