La portavoz y consejera de Economía del Ejecutivo autonómico, Mar Vaquero, ha afirmado que «uno de los grandes compromisos era fortalecer la red viaria de Aragón». Lo que se pretende con la mejora de esas travesías «es dar seguridad a todos los aragoneses que circulan por estas vías y, por lo tanto, evitar la siniestralidad en puntos muy conflictivos».
Las obras de cada una de las cuatro travesías arrancarán después del verano y se concluirán a lo largo de 2025 y consisten en la renovación de redes de abastecimiento y saneamiento y en la mejora de la pavimentación tanto de la calzada como de aceras. Las mencionadas actuaciones se realizan mediante un convenio de colaboración del Gobierno de Aragón con cada uno de los ayuntamientos.
El primero costea la pavimentación y los segundos, la renovación de las redes. De esta manera, se consigue el objetivo de mejorar la travesía poniendo al día los servicios básicos de saneamiento y abastecimiento que están bajo la calzada, reduciendo con ello el riesgo de roturas y las consiguientes molestias a los vecinos de estos municipios.
Además, y sobre todo, estas actuaciones persiguen la mejora de la seguridad en las travesías, que son los tramos más peligrosos por la convivencia en un mismo espacio entre vehículos y peatones.
Las obras de mejora de estas cuatro travesías van a coincidir con el inicio de las obras del Plan Extraordinario de Carreteras que, desde este verano y hasta 2027, va a renovar más de 1.700 kilómetros de la red autonómica de carreteras y construir seis nuevas variantes en Monzón, Binéfar, Sariñena, Sástago, Valderrobres y Mora de Rubielos.
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