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Desde que empieza la campaña publicitaria de juguetes a primeros de noviembre, hasta que termina el día 6 de enero, las cabecitas de los niños no dejan de confeccionar listas y cartas en las que expresar, a sus Altezas de Oriente, sus ilusiones y preferencias. Entretanto, los Reyes "y cada vez más Papá Nöel", «investigan» buscando el regalo perfecto, la manera de reducir una lista interminable encabezada, este año, por el patinete brillante que se ha convertido en objeto de deseo para niños de todas las edades.

Muñecas, coches teledirigidos, construcciones, cacharritos, peluches, camiones, etc; llenan los escaparates de las tiendas y los pasillos de las grandes superficies que, en temporada navideña, multiplican por tres el espacio y el personal dedicados a juguetes. «Son artículos que se siguen vendiendo como siempre», explica Alfredo Hernández, responsable de la juguetería de «El Corte Inglés», «aunque los que más destacan en los últimos años son los ordenadores infantiles, las videoconsolas, los vehículos de batería "motos y coches en los que el niño puede montar", y las «Barbies», que siguen siendo las reinas de los muñecos. El famoso patinete se ha puesto de moda este año y tiene una demanda muy alta».

«Los niños piden lo que se les ofrece y les entra por la vista... El marketing sigue la corriente del deseo de los niños y lo manipula», opinan Isabel Payeras y Marilen Gelabert, pedagogas escolares acostumbradas al trato con niños y jóvenes, y a verlos jugar durante los recreos. «Los pequeños necesitan simbolizar "representar" su mundo interior mediante el juego. El «¿vale que yo era...?» les permite jugar con otros y adoptar papeles de otros, desahogando sentimientos e impulsos. Si no los sacan... malo. Actualmente se regalan pocos juegos simbólicos, que tengan que ver con el lenguaje».