Los arqueólogos que trabajan en las excavaciones del conjunto de
Bellpuig, en el municipio de Artà, han descubierto restos de un
cementerio medieval cristiano fuera de los muros del monasterio.
Las tumbas se han datado entre los siglos XIII y XIV. Aunque ahora
el siguiente paso es el estudio de los estratos y de los huesos,
que se hallaron en perfecto estado, se cree que se trata de un
cementerio civil en el que se enterraban los habitantes de la zona
antes de que el pueblo de Artà tuviera su propia iglesia
parroquial.
Todas estas hipótesis no se han dado al azar, sino que se basan
en fuentes documentales en las que se puede leer el deseo de los
parroquianos de entonces de ser enterrados en el cementerio del
monasterio. Ermita y monasterio fueron construidos por los monjes
premostratenses en la primera mitad del siglo XIII. La comunidad
religiosa llegó a Mallorca, procedente de Cataluña, a partir de
1232 con la intención de evangelizar la zona. Por eso a la iglesia
se le denomina de «repoblament» y es del gótico primitivo.
De momento, los arqueólogos no han encontrado otro tipo de resto
que el humano. «Si sale material podremos documentar
arqueológicamente la fecha», dice Ferran Tarongí, que trabaja en la
excavación junto a Josep Juan, Roser Pérez y Jaume Rubí. «Nuestro
trabajo consiste en excavar para ver cuál ha sido el proceso de
construcción del conjunto y poder delimitar las estructuras
originales», apunta Ferran Tarongí. Las tumbas halladas, nueve en
total, son muy sencillas, excavadas en la roca, y corresponden a
niños y a adultos.
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