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La Fundación Pilar i Joan Miró inicia sus talleres de verano con el estreno de una nueva actividad, la cerámica, que, bajo la dirección de Joan Gardy Artigas, servirá para poner en marcha unas nuevas instalaciones para el desarrollo de esta actividad. El ceramista Gardy Artigas, que de joven trabajó junto a Miró y que es hijo de Llorens Artigas, estrecho colaborador del artista, señaló que la puesta en marcha de este taller es «muy importante porque se trata de cumplir la voluntad de Miró» quien, a lo largo de su carrera, llevó a cabo una gran actividad artística en este campo.

Para Gardy Artigas, «lo que es bueno es arte y lo que no es bueno es industria o comercio, como Lladró, por ejemplo». «El secreto está en la libertad de creación; la cerámica popular sigue una tradición que pasa de padres a hijos pero el artista tiene un lenguaje innovador, como ocurrió con Miró, que añade algo a la historia del arte», dijo Artigas para explicar qué se considera una obra de arte en cerámica. Y respecto a la de carácter popular, que surgió como un elemento utilitario, apuntó: «La necesidad no es contradictoria con el arte, la sabiduría popular ha creado piezas muy bonitas pero, ahora, este tipo de cerámica se pierde como arte ante la avalancha de la industria».

La colaboración entre artista y ceramista, de la que Miró y su padre fueron un ejemplo extraordinario en el arte contemporáneo, pero que sí se dio en la antigua Grecia, cuenta con otro factor importante: «El tercer colaborador es el fuego». En los talleres gráficos se trabajarán distintas técnicas con presencia de las nuevas tecnologías.