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HÉCTOR ALEMANY De apoteósica se puede definir la actuación de Estopa en la plaza de toros de Palma. Cerca de 10.000 personas abarrotaron el recinto anteayer por la noche para disfrutar de una concierto en el que los hermanos Muñoz dieron una lección de lo que es un directo «cañero» de verdad.

Los de Cornellà salieron a escena y la euforia se trasladó a sus incondicionales. Tres pantallas gigantes seguían sus evoluciones en un escenario donde la iluminación y el sonido rozaron la perfección. Vestidos con vaqueros, deportivas y camisetas, "la de José, de Bruce Lee y la de David, de Batman", los Estopa demostraron que el éxito no se les ha subido a la cabeza. Todo lo contrario, parecía como si tocaran para sus colegas del barrio. Quizás sea esa sencillez, o las letras de sus canciones sobre la vida cotidiana, las que levantan pasiones entre los jóvenes y no tan jóvenes.

El grupo siempre estuvo acompañado por las palmas y los gritos del público, que coreó la treintena de canciones que sonaron. Su música, que califican de «calorra», mezcla la rumba, el flamenco y el rock. Si al principio el ritmo fue más calmado, segundos después la fusión de sonidos aumentó en ritmo y decibelios provocando una auténtica histeria. Estopa recitó canciones de sus álbumes «Estopa» y «Destrangis»: «La raja de tu falda», «Cacho a cacho» o «Partiendo la pana». En los bises cantaron en acústico cinco canciones y acabaron con «Como Camarón». Los Muñoz agradecieron la masiva asistencia y recordaron sus conciertos en Inca y Sineu; calificaron la noche de «inolvidable» y prometieron encontrarse «en la calle o en los bares».