TW
0
M.ROSSELLÓ Después de 12 años representando miles de funciones por todo el mundo, el Ballet de Moscú vuelve a Mallorca para mostrar tres de sus montajes más conocidos. «El Pájaro de Fuego», de Stravinski, y «La Bella Durmiente», de Tchaikovski, podrán verse hoy en el Auditòrium. «El lago de los cisnes», se presentó ayer.

Ésta es la tercera vez que el ballet moscovita visita Mallorca desde su fundación. A lo largo de estos años, la formación ha sufrido diversos cambios y en los últimos tiempos ha vivido una renovación importante en su plantilla, apostando por artistas más jóvenes. Pero la razón de que la renovación no sea traumática para el espectáculo es el hecho de que la compañía cuente con una escuela propia. Justificando este hecho, Timour Faiziev, director del ballet, declaró que «los solistas mayores tienen que acabar su carrera y dejar el camino libre para los artistas jóvenes».

El director también quiso destacar lo que diferencia su compañía del resto. «Nuestro espectáculo no es sólo de danza, también es una actuación dramática». El director destacó la importancia de los primeros bailarines porque «tienen que destacar por su individualidad, pero, al mismo tiempo, deben mostrar su conjunción con el resto de integrantes que actúan». Un hecho importante es que estos bailarines necesitan más de ocho años de ensayos para interpretar cualquiera de las obras de su repertorio.