Su estado de conservación era pésimo, por lo que a iniciativa de
la parroquia y de la delegación Diocesana del Patrimonio Cultural
se incluyó la restauración en el convenio entre el Consell de
Mallorca y el Obispado para restauración de bienes histórico
artísticos eclesiásticos. Ayer se hizo la presentación a cargo del
delegado diocesano de patrimonio cultural, Pere Joan Llabrés; la
consellera de cultura del Consell, Maria Antònia Vadell; y la
directora del taller, Antònia Reig.
La restauradora explicó en qué estado se encontraba el retablo y
los pasos que se habían seguido. «La restauración se ha realizado
tanto en la parte delantera como en la posterior. En ésta había un
incipiente ataque de insectos xilófagos y una gran capa de suciedad
acumulándose en las superficies planas. Así se realizó una primera
limpieza superficial para retirar las acumulaciones de polvo. La
madera se limpió con una solución acuosa para facilitar la
penetración del desinfectado ».
En la parte anterior del retablo la madera que forma el soporte
también estaba en un estado de conservación deficiente y había unas
líneas desgastadas que rompían la visión general del retablo. La
capa superficial que cubría todo el conjunto estaba formada por
humos, restos de cera de antiguas iluminaciones, barnices oxidados
y envejecidos y polvo y suciedad acumulados. De esta manera, para
la reintegración volumétrica se ha utilizado madera de haya o
resinas según la zona. Se aplicó también una capa protectora en
todo el conjunto.
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