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La Orquestra Simfònica de les Illes Balears y la Coral Universitària de les Illes Balears ensayó ayer noche bien duramente, en sus locales de Palma, para que hoy todos los espectadores puedan disfrutar de un concierto común en el Auditòrium Sa Màniga de Cala Millor. La actuación se incluye dentro de la IV Setmana Europea de Música Religiosa que celebra el centro. El programa que interpretarán las dos formaciones es un complicado «Réquiem» de Gabriel Fauré, en el que tendrán que lucirse la soprano Joana LLabrés y el barítono Tomeu Bibiloni. La segunda parte del concierto lo ocupará la «Sinfonía número 5» de Félix Mendelssohn, también conocida con el nombre de «Reforma».

La sinfónica, en esta ocasión, será dirigida por el maestro Oliver von Dohnány, nacido en la república eslovaca y que tiene en su currículum, entre numerosas experiencias de colaboración internacional, el hecho de haber sido director principal de la ópera nacional eslovaca en Bratislava, de la Orquesta Filarmónica Eslovaca. En 1993 fue nombrado director musical del Teatro Nacional de Praga. El director también ha sido invitado a dirigir por todo el mundo orquestas como la Sinfónica Yomiuri de Tokio, la Filarmónica de San Petersburgo,la BBC de Glaswog o la Sinfónica Nacional Irlandesa, entre muchas otras formaciones sinfónicas.

Una de las principales dificultades que supone el concierto de hoy es la coordinación y el ensamblaje de las diferentes partes de la pieza de Fauré. De hecho, tiene que prestarse mucha atención a las entradas tanto de los solistas como del coro, y, ayer noche, todavía se ultimaban los últimos detalles para que hoy todo salga perfecto. Fuentes de la Fundació Pública Balears per a la Música explicaron que la organización de un Réquiem como éste «siempre es complicada». La orquesta y la coral universitaria, que dirige Joan Company, relevarán en Sa Màniga al Coro Copto de Egipto, que abrió la Semana de Música Religiosa en Cala Millor que organiza la Fundació Balears 21.