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Un calor penetrante, angustiante y extremadamente pegadizo. Un cielo encapotado que hizo prever lo peor: que se adelantaran las lluvias torrenciales previstas para este fin de semana. En resumen, un pequeño infierno que Maceo Parker supo transformar en ritmo, música y baile. El saxofonista presentó ayer por la noche en el patio de la Misericòrdia y dentro del Festival Internacional de Curtmetratges de les Illes Balears su último disco, «Made by Maceo».

Antes de que empezara la actuación, una larga cola ante la taquilla hacía prever que el concierto sería un éxito de público. Un público que superó la barrera de los 1.000 asistentes y que se caracterizó por combinar juventud con veteranía. Vestidos de manera informal, sin demasiados abalorios, los jóvenes y no tan jóvenes esperaban, de pie o sentados, a que Maceo subiera al escenario. Unos iban con poca ropa, como tres mujeres que asistieron con el bikini y el pareo. Era como estar en una playa pero sin sol y sin mar, sólo con el calor. Otros, hacían cola en el bar. Había que hidratarse.

Una speaker se encargó de presentar a Maceo Parker. Al más puro estilo americano, el rey del funk saltó al escenario vestido con traje y corbata y con sus clásicas gafas de sol, un utensilio que se vendía en la tienda de merchandising. Cantó «Once you get started» y casi todo el mundo dejó abandonada su silla para ponerse a bailar. El resto, terminó poniéndose en pie con «Off the hook».