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«Aquesta és la terra que convenia al meu mal; una terra que, sense dormir, s'hi pot reposar i sommiar-hi». Con estas palabras, escritas en 1913 por Santiago Rusiñol en «L'lla de la calma», se presenta el capítulo XIV, -titulado «En terra de poetes»-, de la pormenorizada biografía que sobre el pintor catalán ha publicado este año Vinyet Panyella, directora de Biblioteca Nacional de Catalunya. Rusiñol viajó por primera vez a Mallorca en 1893 y desde 1901 a 1903 se quedó largas temporadas. «Santiago Rusiñol. El caminat de la terra», de Edicions 62, cuenta todo lo que debemos saber sobre este artista, que tanto influyó a los paisajistas mallorquines de principios del siglo XX. Lo hace a través de 616 páginas e ilustraciones en las que no faltan imágenes de Rusiñol pintando en Raixa o en el Gran Hotel, donde se citaban los intelectuales de la época que nos visitaban.

Pintor, articulista, ensayista, literato, amante de la música y del teatro, en sus distintas estancias en la Isla Rusiñol participó en numerosas iniciativas culturales y la lista de amigos mallorquines que recuerda este libro es larguísima; pintores, escritores, músicos, personajes ilustrados de otras profesiones como el médico solleric Pere Serra, a quien el pintor regaló un cuadro dedicado que reproducimos en esta página. Gabriel Alomar, Joan Alcover, Antoni Gelabert, Miquel dels Sants Oliver, Costa i Llobera, Antoni Noguera, Blanes Viales, Pere Serra, Joan Torrandell, Antoni Noguera, Miguel Sarmiento, Estelrich i Tous, Tòfol Salero, Joan Morell...

Los jardines y paisajes de Mallorca atrajeron la atención del pintor, que los plasmó en cuadros que significaron una «savia» para el mundillo plástico local. Sóller, Pollença, el Torrent de Pareis, Raixa, Biniaraix, Son Angelats, Son Marroig, Valldemossa, Alfábia, l'Alqueria d'Avall son escenarios que quedaron reflejados en su pintura. En una exposición que hizo en 1903 en la barcelonesa Sala Parés, 31 de los lienzos eran de temática mallorquina. «Mallorca sirvió a Rusiñol para eclosionarse como dramaturgo», decía la autora de esta biografía en Palma el pasado mes de abril. Y en este volumioso texto se recuerdan muchos actos en los que participó en este terreno y en distintos escenarios, el Teatre Principal, la Protectora (Sóller), El Círculo Sollerense, el Salón Beethoven... Durante sus estancias isleñas también abundaron los conciertos y las veladas literarias.