La pintora Aina Cortés inauguró el pasado día 24, en la galería
Cunium de Inca, la exposición «Camins de solitud», una muestra en
la que deja patente la maduración intelectual y estética de su
obra. Aina Cortés presenta obras que oscilan entre la abstracción y
el arte figurativo, con una amplia paleta cromática donde abundan
los colores cálidos, aunque también ha profundizado en los grises y
azules. Cortés ha trabajado a fondo para indagar en los caminos más
solitarios del alma humana. Como leiv-motiv ha tomado, en algunas
ocasiones, los zapatos como elemento simbolizador.
La exposicion permanecerá abierta hasta el próximo día 6 de
noviembre. «Creo que una artista debe evolucionar, pero también ser
consecuente con lo que es y ha sido su obra. Me gusta también el
arte más 'cool', lo respeto muchísimo. Pero uno debe crecer en sus
propios parámetros, ser fiel a su propia personalidad y a la forma
de entender el arte. Aquí está mi obra, que es justo lo que yo
siento. Así de sencillo».
Cortés ha trabajado el óleo a fondo. Francesca Thomás, en el
prólogo del catálogo dice: «Los efectos lumínicos y el cromatismo
comunican al espectador una gestación difícil que juega con los
sugerimientos de las estaciones de la naturaleza y las etapas del
ciclo vital del ser humano: utilización sensitiva de los colores
cálidos y fríos que, como diría el poeta, recorren desde el sol de
invierno a la luna de mayo».
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