Javier Vargas es uno de los guitarristas de blues españoles más reconocidos internacionalmente.

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Javier Vargas y su banda presenta hoy en la Sala Assaig su último disco, «Chill Latin Blues», un disco instrumental que salió a la venta en septiembre. En este concierto, Vargas ofrecerá también temas del disco que grabó en solitario el año pasado, «Javier Vargas, espíritu celeste», editado por la discográfica mallorquina Blau y en el que homenajea a los músicos argentinos de los 70.

-La Vargas Blues Band nos sorprende en «Chill Latin Blues» con sonidos contemporáneos.

-Siempre he tratado de aportar algo diferente a mis composiciones. El blues, al ser una repetición de doce compases, es demasiado encorsetado. Yo utilizo su estructura, su 'rollo' mántrico e hipnótico, para desarrollar otros estilos. Y no por eso dejo de hacer blues, puesto que ese es mi vocabulario. Simplemente me gusta generar atmósferas que lleguen a todo tipo de público y que me den juego para disfrutar tocando la guitarra. Intento profundizar hasta la raíz y llegar hasta la copa del árbol. Es la única posibilidad de experimentar.

-¿Y qué hay de las influencias?
-Los grandes del blues han dejado un legado y hay que continuar su trabajo.

-Te tildan de españolizar el blues.
-Yo soy un músico hispano y soy latino, hijo de inmigrantes. Inicié mi carrera en Argentina, para después trasladarme a Caracas, donde bebí de la cumbia, la salsa y el son. Posteriormente, me fui a Estados Unidos a conocer las raíces de la música que a mi más me atraía. Mi sonido es el fruto de este viaje.

-¿Qué podemos esperar del concierto de esta noche?

-En directo hago un repaso de toda mi discografía y sobre todo del «Chill Latin Blues», aunque hoy van a tener un lugar destacado las canciones de mi disco en solitario, puesto que está dedicado a los músicos arqentinos de los años 70 y sé que en Mallorca hay una gran colonia de gente de ese país.

-Tocar en España, ¿es un aliciente para ti?
-Los músicos somos portavoces de nosotros mismos y tenemos que llevar nuestra esencia allá donde se nos llama. Sin embargo, sí me siento especialmente bien cuando actúo en España, puesto que es un reto gustar en tu país. En este sentido, veo que cada vez tengo más adeptos entre el público español y eso me gusta.

-En una industria tan competitiva como lo es la discógrafica, ¿cómo se consigue seguir siendo independiente?

-Hay que tener fe en lo que haces, tocar con el corazón y (risas), a veces, debes invertir tu propio dinero. Cada vez es más difícil entrar en el mundo discográfico ya quehay un mayor control, más competencia y una inmensa piratería.