Con «Riberes de plata», Miquel Mas Ferrà cierra su ciclo
novelístico iniciado con «Camí de palau» (1995) y «La rosa
d'hivern» (1998), dedicado a la transformación social y económica
de Mallorca a lo largo del último siglo. El libro, publicado por
Ensiola Editorial, reflexiona sobre «los orígenes, desarrollo y
consolidación de la clase dominante que ha propiciado el estado
actual de la sociedad mallorquina».
En esta novela, los miembros que componen las familias Calafat y
Rovira, así como los personajes que les rodean, viven con
intensidad esta historia llena de episodios en los que nacen
ambiciones, con los inicios del turismo, que finalmente suponen la
«irrupción repentina, improvisada y zafia de una nueva clase social
que contempla la progresiva e inexorable asfixia de la nobleza con
una indiferencia bastante elocuente», explica Mas Ferrà. Como
consecuencia de esta realidad, el autor apunta que «este recambio
humano que debería haber logrado la hegemonía social y política que
históricamente le correspondía es el gran ausente en este
escenario» en el que «no se percibe la asunción de aquellos valores
morales culturales y diferenciadores -la defensa de la lengua y la
abolición de las leyes autóctonas como estandartes contra la acción
depredadora del centralismo- ni mucho menos un criterio de clase
capaz por si mismo de cristalizar un poder verdaderamente autónomo,
tan alejado del proletariado como de las formas más despóticas del
totalitarismo».
Así, «Riberes de Plata» es una observación de la evolución hacia
«este estado de cosas que ahora nos acapara». Es en esta meditación
en la que el autor se pregunta «por qué no hemos tenido empresarios
ilustrados, abogados interesados por la lectura, amas de casa que
leyeran a Flaubert; por qué no irrumpieron magnates de las finanzas
que reclamasen los derechos civiles, notarios amantes de los giros
bellísimos que permite nuestra lengua».
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