«Quatre estacions a Mallorca», compuesta por Joan Valent, puso
la nota más cultural durante el acto institucional de la Diada,
celebrado anteayer por la noche en La Misericòrdia. Interpretada
por la Orquestra Simfònica y el violinista Ara Malikian, la obra,
dirigida por Xisco Bonnín, tuvo como fondo una proyección de
imágenes de Mallorca coordinada por Toni Capellà.
La obra, con una duración de 25 minutos en un sólo movimiento,
llena de fuerza y tensión, no permitió un momento de relajación a
Bonnín ni a los intérpretes de cuerda y percusión de la Simfònica.
La maestría y temperamento de Malikian hacían estallar una rabiosa,
inquieta y alegre primavera que, como el resto de estaciones,
derramaba raíces mediterráneas y contemporaneidad. Fue la más
complejo de las cuatro piezas, con uno allegro molto muy vital.
Saltándose el paso natural de las estaciones en beneficio del
resultado musical, se contraponía el invierno. Un tiempo gris,
húmedo, profundo e íntimo que en su final dejaba aflorar dramatismo
y muerte. La frivolidad del verano trajo momentos de alegría,
actividad y luminosidad que se sucedieron con una primera sección
rítmica peculiar y motórica que acabaron a ritmo vertiginoso. Una
profusión de imágenes con presencia de la figura humana disfrutando
del mar imprimieron todavía más carácter a la pieza. Tuvo que
llegar el otoño para ver a Valent en acción. A la mitad de esta
pieza, el compositor se ponía al piano para unirse a Malikian y
hacer disfrutar al público de la gran belleza de esta estación. Un
faro portuario guió en imagen el principio y el final de este
fragmento, en el que los colores de la tierra y del mar oscuro y
bravo invitaban con la música a la meditación e iluminaban la
reflexión y también la fantasía. Fue así, con el acompañamiento
final de la Simfònica, como finalizó la obra y Valent superaba el
estreno mundial en medio de grandes aplausos.
Faltaba aún el colofón a la noche con la versión de este
compositor mallorquín para «La Balanguera». Aquí, un relajado
Valent se ponía al frente de la orquesta y de los setenta
integrantes de los tres coros del Principal para dar paso a una
breve introducción a cargo dexeremier Pep Toni Rubio. El himno de
Mallorca adquirió una mayor proximidad. Finalizaba así una velada
que había comenzado con otra interpretación de «La Balanguera» con
los citados coros y con Bonnín al piano.
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