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El escultor Jaume Mir, que el pasado mes de septiembre cumplió 90 años, fue homenajeado ayer en el restaurante Bahía Mediterráneo en el transcurso de una comida organizada por la vicepresidenta del Govern, Rosa Estaràs, a la que se sumó el Ajuntament de Palma. Unas cuarenta personas entre amigos, familiares y autoridades acompañaron al artista, que no pudo evitar emocionarse ante las muestras de afecto que le manifestaron todos los presentes.

Mir confesó que no es partidario de que la gente reciba homenajes sólo por el mero hecho de alcanzar una edad tan longeva como la suya, sino porque «durante esos años haya hecho una labor en beneficio de la sociedad». Obligado a reconocer alguno de sus méritos, el artista dijo: «He dedicado buena parte de mi vida a plasmar en mi obra el amor por Mallorca», sentimiento que, parafraseando a Josep Meliá, definió así: «Amo y he amado a Mallorca con desesperación».

En el homenaje estuvieron Jaume Matas, president del Govern; la vicepresidenta Rosa Estaràs; los consellers Francesc Fiol y José María Rodríguez; los concejales de Cort Francisca Bennàssar y Rogelio Araújo; Guillem Ginard, director insular de Cultura; la alcaldesa de Felanitx, Catalina Soler; la diputada del PP Carmen Feliu; el rector de la UIB, Avel·lí Blasco; los directivos del Grup Serra Carmen, Paula y Miquel Serra; los artistas Joan Bennassar, Cristina Escape, Coll Bardolet, Amelia García y Luis Maraver y otros amigos del escultor como Manel Tejedor, Fernado Mulet, Bernat Julià, Joan Oliver «Maneu» y Josep Massot, además de los hijos del homenajeado Jaume y Joan y su nieta Aina, entre otros que no quisieron faltar a la cita.