Imagen de Jaume Mateu Adrover tomada en Barcelona tras finalizar el rodaje de «Fuerte Apache».Foto: CARLES DOMENEC

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C. DOMENEC|BARCELONA

El realizador mallorquín Jaume Mateu Adrover acaba de rodar «Fuerte Apache», una historia sobre las segundas oportunidades ambientada en un centro de acogida para niños. La película, producida por Mediapro y Alta Producciones, cuenta con la participación de 65 actores y supuso la realización de un casting a 1.500 niños de escuelas e institutos. Rodada durante siete semanas y media en Barcelona, se estrenará el próximo mes de mayo. En la trayectoria profesional de Mateu Adrover, se contabilizan los guiones de TV movies como «Con el 10 a la espalda», «Falsa culpable» o «Joc de viure».

-¿De qué trata «Fuerte Apache»?
-Cuenta la historia de un educador en un centro tutelar, a punto de jubilarse, que está cansado y que ha vivido la evolución de los antiguos reformatorios a centros de acogida. Ha perdido la ilusión y la esperanza, pero consigue recuperarlas cuando ingresa en el centro un niño magrebí de la calle.

-El fuerte representa una metáfora del centro tutelar.

-Sí, en el «Fuerte Apache» se supera la realidad y se convierte en un centro de contención.

-En la película trabaja con actores conocidos como Juan Diego, Pep Tosar o Lolita.

-Se trata de una película muy coral, con muy buenos actores. La mayoría no han trabajado mucho en cine. Ha sido un placer trabajar con gente como Marta Marco, Jordi Rico o Pau Derqui. Tener a Lolita ha resultado sorprendente y muy gratificante.

-A parte de ella, todos los actores son catalanes. ¿En qué idioma se ha grabado «Fuerte Apache»?

-En catalán, castellano y árabe.

-Trabaja con niños y trata un tema social, la realidad de los centros de acogida.

-Realizamos un casting con 1.500 niños en institutos y escuelas de barriadas con una realidad dura. El pasaje donde sucede la acción, con chicos en proceso de acogida, se ha tratado de forma muy verídica. Intento ser lo más realista posible con la realidad que quiero representar. No quisimos recurrir a niños procedentes de agencias. Nos planteamos, incluso, utilizar niños de centros de acogida, pero era demasiado difícil.

-¿Qué le interesó del tema? -Mi hermano Arnau es educador y ha ejercido una cierta influencia a través de las conversaciones familiares que he escuchado. De todas formas, no es un reportaje ni un documental. Es ficción, aunque pesa mi formación como periodista. Tengo la ventaja de que he bebido de muchas fuentes y que he conocido casos de chicos antes de escribir. La parte más divertida de escribir es la investigación.

-¿Cómo surgió el proyecto? -Empezó como un encargo. Escribí la película sin la idea de dirigirla. Inicialmente, el director debía ser Benito Zambrano. Al final, el productor, Eneko Lizarraga, apostó por mí.

-¿Cuánto tiempo ha durado el rodaje? -Tardé dos meses en pensarme la película y siete en escribir el guión. El rodaje ha durado poco tiempo, siete semanas. Hemos rodado 4 semanas en Canyelles, cerca de Sitges, en una casa de colonias que hemos reconvertido en un centro tutelar. El resto del rodaje ha sido en el centro de Barcelona, en Ciutat Vella. Es una película muy ambiciosa, con 160 secuencias.

-Uno de los protagonistas es Tariq, un chico de once años que consigue cambiar la vida de uno de los educadores.

-Sí, Hamza L'Hilali interpreta a Tariq y demostró tener una gran capacidad para emocionar, pero no me gustaría sólo destacarlo a él. Con los niños tuvimos un taller de interpretación. Los chicos no eran actores profesionales y cada uno tenía su aproximación diferente. Cada actor es un mundo, algunos actúan por imitación, otros tienen miedo, cada uno aprende a actuar de una manera distinta.

-Usted estudió cine en Estados Unidos. -Primero estudié periodismo, luego tres años en Radio televisión Española y después pasé seis años en América. Llegué con una beca a Los Angeles para estudiar en el American Film Institute. Participé en un programa formativo que duró dos años, con mucha competencia. Allí todo el mundo tiene muchos contactos. Algunos actores famosos participan en tus proyectos, como por ejemplo Mel Gibson. Era una escuela terriblemente competitiva. Presentabas tu proyecto y todo el mundo opinaba sin que te pudieras defender.

-¿Qué tipo de cine le interesa? -Me gusta todo tipo de cine, pero si se trata de realizar yo las películas, lo que más me llega es hablar del mundo que me ha tocado vivir. Por ejemplo, cuando estuve en los Estados Unidos, los temas que me impactaban estaban relacionados con la inmigración, los hispanos o los chicanos.

-Después de rodar una película de temática social, ¿qué cree que ha aprendido?

-Rodar un tema social se debe hacer con amor, pero no se debe olvidar nunca que es una película, que la gente verdaderamente importante es la que vive el día a día del conflicto. Hay muchas personas que, cada día, se encargan de que el mundo sea un poco mejor. A esa gente no se la entrevista. A veces, nos preocupa más la película que el referente que nos inspira. Además, se da la circunstancia de que muchos directores que ruedan sobre un tema social empiezan a predicar, sin conocer lo suficiente. Nosotros sólo hemos hecho una película.