Divergencias dentro de la comunidad de propietarios y un
trasfondo de intereses económicos han paralizado el proyecto que
tenía que recuperar para Palma uno de sus escenarios más
emblemáticos: el Cine-Salón Rialto. La imposibilidad de poder
llevar adelante las obras de reforma para acondicionar la sala como
café teatro han motivado que el actual propietario, Josep Perelló,
haya vuelto a colgar sendos carteles de venta y alquiler en la
fachada del espacio. Según parece, el detonante de este problema
reside en una falta de consenso entre Patricia Kaiser, propietaria
mayoritaria del edificio del número 3 de la calle Sant Feliu de
Palma, en cuyos bajos se encuentra situado el Rialto, y el
propietario de este espacio y copropietario en un 22 por cien del
inmueble, Josep Perelló. El empresario, que adquirió la sala poco
después de que ésta cerrara sus puertas, a finales de 2002,
sostiene que Kaiser no quiere asumir la parte que le corresponde en
proporción del gasto económico de la reforma, orientada a eliminar
«humedades en el techo del teatro y que afectan a todo el edificio,
así como consolidar estructuras que corren riesgo de
desprendimiento». Perelló afirma que como copropietario del
inmueble «estoy dispuesto a pagar lo que me corresponde, sin
embargo no todo».
Según señala el empresario, en un primer momento trató de
negociar con Kaiser, sin obtener resultados. Harto de los
constantes desplantes de los que ha sido objeto, «hasta cinco veces
en tres días», Perelló también se dirigió al Ajuntament de Palma
solicitando una inspección técnica del edificio, entendiendo que la
mala conservación del inmueble puede acabar ocasionando perjuicios
a terceros. En la denuncia en la cual Perelló pide una inspección,
presentada el pasado 18 de octubre, se lee: «El edificio presenta
muchísimas anomalías que hacen pensar en peligro de derrumbamiento
de piezas de marès sobre el teatro; y grietas en la zona del patio,
también con posibilidad de provocar futuros desprendimientos».
A estas alturas, el Ajuntament de Palma no ha hecho ningún
movimiento para comprobar el estado del céntrico inmueble. A pesar
de haber colgado el cartel de venta del Rialto, Josep Perelló
afirma que si el problema se resolviera no dudaría en continuar la
reforma que proyectó el ingeniero Jaume Grimalt, después de haber
realizado un estudio sobre el estado del edificio y comprobar su
solidez. Hombre de negocios, el empresario asegura que mantiene la
ilusión por devolver a los ciudadanos de Palma un espacio que
piden. Además de contar con el apoyo institucional, las ofertas
para alquilar el espacio no le han faltado desde el momento en que
adquirió la antigua sala cinematográfica.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.