El cel dins la memòria es, de hecho, una novela con tanto potencial comercial que resulta fácil imaginar su versión cinematográfica. Su estructura ejemplar y ritmo adictivo la convierten en una obra fácil de devorar. Pero ahí no acaba su virtud, el universo de Miquel Mas Ferrà ofrece más, mucho más. Estamos ante una novela «muy atrevida», como el mismo reconoce.
Para empezar, el planteamiento de la obra resulta de lo más original. El protagonista, Lleonard Cabestrany, se convierte en un inmigrante, pero uno en sentido inverso. Tras romperse el frágil equilibrio de su confortable vida y mediocre existencia, -(un trabajo como director de banca y un matrimonio infeliz)-, decide empezar una nueva vida como un sin papeles en un país centroeuropeo, bajo la falsa identidad de un inmigrante argentino. Pero este sólo es el primero de los muchos giros que dará su vida.
«Como no es capaz de suicidarse ni de enfrentarse a la realidad, se impone un autocastigo», explica el autor sobre su protagonista, quien renuncia a la clase media para formar parte de la marginalidad de Baselgraz.
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