Tià Mas y Llorenç Pérez, de pie, y Álvaro Pascual y Javier Siquier, en cuclillas, en la última muestra de la galería Blitz. Foto: PILAR PELLICER

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JONAS CLIMENT «Nuestro arte viene de la calle y nos acostumbramos a adaptarnos al formato que nos imponía cada pared». Este condicionante ha convertido a Fuzk en un colectivo artístico todoterreno, capaz de trabajar cómodamente en todo tipo de soportes. Sin renunciar a los materiales más clásicos, como lienzos o tablas, estos cuatro jóvenes artistas no dudan en pintar también sobre zapatillas, bolsos, objetos reciclados o, incluso, piel humana (uno de ellos es también tatuador). Aunque esta versatilidad no ha hecho que Fuzk olvide sus orígenes callejeros ni su amor por el graffiti de toda la vida. Ahora también pintan las paredes de las galerías.

El último proyecto de Fuzk se podra ver hoy, a partir de las 20.30 horas, en la tienda de skaters Stance Mallorca (C/Costa can Muntaner, 5, Palma), donde expondrán una serie de zapatillas deportivas que han customizado a mano con diseños exclusivos. Tras esta primera parada, que se podrá visitar hasta el 31 de julio, la colección viajará a Platges de Muro, San Sebastián y Madrid. ¡Customizate! Trasladar su trabajo a la moda, ya sean zapatillas, bolsos u otros artículos, permite «hacer accesible una pieza única y que la gente pueda pasear arte por la calle», explica el colectivo. Sin embargo, su disposición para trabajar en tal variedad de formatos nace más de forma natural, y por necesidad, no como algo premeditado. «Nosotros no hemos elegido estos formatos», explican. Son los formatos los que los han elegido a ellos. La ecuación es sencilla: frente a la producción en serie de las grandes cadenas de ropa, el arte de customizar prendas nace como respuesta a la demanda de una mayor exclusividad. El mundo cambia y el arte de Fuzk cambia con él y se adapta a las nuevas necesidades y gustos de la gente.

La ausencia de reglas a la hora de elegir soportes no es, sin embargo, la única parcela de libertad de la que disfruta este colectivo. Más bien sucede al contrario. Los miembros de Fuzk casi prescinden de acotar su universo creativo. «No tenemos una línea estilística y tampoco sabemos nunca cómo vamos a terminar nuestras obras, somos totalmente freestyle, vamos construyendo las obras desde la libertad y dejando que surjan cosas de las casualidades», explican estos artistas que se autoproclaman «muy poco académicos». Aunque, dentro de este caos voluntario, también existen ciertos patrones de conducta. Frente a otros colectivos que trabajan por separado, los miembros de Fuzk intervienen de manera simultánea en sus obras y, por tanto, cada uno de ellos asume, según sus habilidades, un mayor o menor protagonismo en cada área artística (composición, ilustración o tipografía). «Nos adaptamos muy bien», aseguran. En consonancia con estos tiempos de eclecticismo y mestizaje, la obra de Fuzk se nutre de disciplinas dispares como el graffiti, la ilustración, el cine, el diseño gráfico, la música, el cómic o el tatuaje, para desarrollar su propia y actual visión del arte urbano.