Sus cifras son demoledoras: más de cuatro décadas sobre los escenarios, medio centenar de álbumes y un alud de Discos de Oro y Platino. Su idilio con la balada romántica sigue mirando hacia Sudamérica, unas latitudes que rezuman bolero, tango y rancheras, todo un arsenal de estilos que en la voz de Dyango adquieren nuevos matices. El artista regresa a la actualidad con Puñaladas en el alma (2010), un álbum que rinde tributo al tango y que cantará el próximo día 13 en el Trui Teatre.
-¿Que tal anda su corazón, después del susto de hace un par de años?
-Superado, muchas gracias. Son momentos difíciles que debes afrontar con valentía, únicamente así consigues dejarlos atrás. Eso sí, he dejado de fumar.
-En Puñaladas en el alma vuelve a mirar hacia Argentina, ¿qué le cautiva de este país?
-Todo. Para empezar, fue el primer lugar donde se me reconoció como artista, además, allí conquisté mi primer Disco de Oro.
-¿Cincuenta álbumes publicados son suficientes para erradicar el síndrome de la hoja en blanco?
-(Risas) Siempre es difícil buscar la inspiración y organizar tus ideas a la hora de componer, pero, en mi caso, la experiencia juega un papel determinante.
-Muchos artistas veteranos se conforman con subsistir mediante la reinvención de sus viejos éxitos, para luego ir presentándolos por el mundo, pero parece que eso no va con usted...
-No es mi forma de entender la música, soy un artista y, por lo tanto, un creador, y necesito concebir nuevas canciones para no sentirme estancado. En un determinado momento se puede lanzar al mercado un álbum recopilatorio, pero luego hay que mirar hacia adelante y componer nuevas canciones.
-Sigue siendo un primera espada en tierras latinoamericanas, ¿que diferencia a este público del español?
-Es un público que siempre considera a sus artistas, se podría decir que allí el éxito perdura eternamente y ese respeto hacia el artista se transmite de padres a hijos.
-¿El pasado es un lastre hoy que podemos descargar canciones con un solo click?
-No debería de serlo, aunque la gente joven no da tanta importancia a la música como en otros tiempos sucedía. Las descargas de canciones por Internet son una atrocidad.
Dyango. 13 de febrero 19.30 horas. 22 y 28 €.
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