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La bailarina Resu Regal «tiene un entorno muy creativo», dice la cantante y compositora Carme Jaime, en el que abundan profesionales de las artes plásticas y escénicas a las que ha reunido en un proyecto multidisciplinar dedicado al público infantil y familiar, una obra de teatro en la que intervienen la danza, la música, el diseño o la animación. Sus artífices son, además de las citadas, la artista plástica Neus Marroig; la diseñadora de moda Antonia Vaquer, la actriz Joana Maria Peralta y la escritora Fabiola Terriente. Con el apoyo de otros creadores que las arropan, preparan, para enero, el estreno de Calaix, plantando cara a la crisis.

Su curriculum las avala con años sobre el escenario, premios y proyectos llevados a cabo en aspectos diversos de la cultura. Con este bagaje presentaron «sólo un boceto» del proyecto al Premi Bòtil de teatro 2011 y consiguieron ser semifinalistas. «El jurado nos animó a terminarlo», dice Resu Regal, que también oficia de directora. Y en ello andan, dando vida a Calaix , «la historia de una orejas voladoras que viajan por el mundo y se van encontrado con otras historias», explica Resu. Se trata de un espectáculo con «moraleja abierta» adecuado para niños a partir de los tres años y hasta los siete. Según Neus, les puede «enseñar valores cotidianos como las relaciones entre las personas», pero también «a reír» porque «el arte no tiene sentido si no es para construir un mundo mejor».

Carme Jaime se ha «encerrado» a componer la banda sonora de Calaix , que será «una música para niños que crecen, pero no infantiloide», en la que habrá «electrónica, house, vals, afro y mucho sentido del humor». Aunque cuentan con amplia experiencia en sus profesiones, «este proyecto es un experimento grande para todas». Surgió de unos textos de Fabiola que «tienen un tono muy plástico, muy visual», apunta Resu; palabras a las que Neus puso las imágenes, las ilustraciones que luego se han convertido en animación. Las orejas voladoras son obra suya, con un dibujo de «línea sencilla, con colores no estridentes».

Convencidas de que en tiempos de crisis «hay que reinventarse, innovar», se lanzan a esta aventura con confianza en su profesionalidad, capacidad creativa y arriesgando, porque saben que, al menos, «nos servirá para evolucionar» ya que no están dispuestas a «quedarnos paradas».