El artista, posando en 2003 en el interior de sa Llonja. | Joan Torres

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El japonés Toyo Ito (1941) obtuvo ayer el Premio Pritzker de Arquitectura 2013, considerado el Nobel de dicha disciplina, por una obra «que combina innovación conceptual con edificios soberbiamente ejecutados», por una arquitectura «excepcional» y por «la dimensión espiritual y poética que transciende de todas sus obras», según el jurado.

Se da la circunstancia de que Ito, quien visita España con frecuencia, -es autor de las Torres Fira de Barcelona o del Parque de La Gavia de Vallecas (Madrid), entre otros proyectos- dejó su impronta en Mallorca mediante una exposición en sa Llonja de Palma, inaugurada en 2003, y con su participación en el ciclo de Futurismes, celebrado en 2001, donde ofreció la conferencia Futurisme. Imatge i realitat a les Illes Balears. Entonces, el autor de la Torre de los Vientos (1986), en Yokohoma (al sur de Tokio) o la aplaudida y emblemática Mediateca de Sendai (2001) decía en Palma: «Hay que integrar el medio ambiente con la arquitectura, algo que en Mallorca será fácil debido a su buen clima»

A sus 71 años, «es un creador de edificios atemporales, con los que audazmente propone nuevos caminos. Su arquitectura proyecta un aire de optimismo, ligereza y alegría, y está impregnada de un sentido de unicidad y universalidad», señalaba también el jurado del Pritzker sobre este admirador del trabajo de Antoni Gaudí, quien, en enero de 2003, instaló en el interior de sa Llonja 11 columnas de tela que formaban un bosque de luz y sonido, un trabajo en el que había colaborado con el compositor Ryoji Ijeda. Lejos del glamour que hace años ya acompañaba a los arquitectos estrella, reflexionaba: «Mi arquitectura es como un ojo que me permite ver la sociedad». Posteriormente, sonó entre los futuribles a diseñar el Palacio de Congresos de Ciutat.

2011 marcó un punto de inflexión en su carrera y se volcó en las zonas devastadas por el tsunami con proyectos como el Hogar para todos, un edificio en el corazón de la zona golpeada por las olas de diseño y materiales tradicionales para el que contó con arquitectos noveles y residentes locales, concebido como un espacio de reunión para la comunidad afectada por la tragedia.