John Drowner posó ayer en CineCiutat.

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Gracias a los «grandes presupuestos» de los que dispone la cadena pública británica BBC, una de las más poderosas y de mayor prestigio de todo el globo, el productor de documentales John Drowner ha podido narrar con su ojo y sus «cámaras espía» el comportamiento de la fauna salvaje, animales en su hábitat natural, «día y noche, un trabajo que se puede prolongar durante más de dos años». Conocido también por sus vídeos musicales, Drowner presentó en Palma el documental Un espía entre delfines en Caixafòrum, una actividad dentro del tercer festival MareMostra.

Drowner confiesa que es un «honor» que este encuentro sobre cine y mar proyecte su película. «Educar y entretener» es su pretensión, sobre todo trabajando para la BBC, sinónimo de «calidad». ¿Supone esta labor sufrir algún tipo de presión por parte de 'los de arriba'? «No, no hay ningún tipo de presión por parte de la cadena, lo que sí hay es una comisión que supervisa tu trabajo, eso es perfecto como creador, porque te permite trabajar a tu manera, una oportunidad dificil de encontrar en cadenas privadas».

Inmersiones

Un total de 900 horas de filmación y 1.500 inmersiones fueron necesarias para trazar el filme Un espía entre delfines -que Canal + 1 estrenará en dos capítulos, el 8 de junio y el 15 de junio-, con en el que Downer reconoce que hubo «momentos de frustración, pero lo compensan las sorpresas que encuentras en el camino», recuerda el productor. Para esta labor, el documentalista cuenta con un equipo de científicos, quienes dieron con un descubrimiento: «Los delfines se drogan con las toxinas de los peces globo, como también los machos llevan ramos de algas a las hembras para el cortejo».

Ahora, John Drowner trabaja en una nueva y «gran» producción que abarcará diferentes especies de todo el mundo.