El director fue uno de los realizadores más destacados del cine italiano y el primer ministro, Matteo Renzi, declaró que su muerte «deja un enorme vacío en la cultura italiana».
Scola, ganador del premio al mejor guión en el Festival de Cannes en 1980 por «La terrazza», trabajó con algunos de los más destacados representantes del cine del país transalpino, como Marcello Mastroianni, Vittorio Gassman, y Sophia Loren, fue reconocido como uno de los creadores de la moderna comedia italiana.
Nada más conocerse la noticia de su muerte, el mundo de la cultura y del arte de Italia se volcó en muestras de afecto y condolencias.
El ministro italiano de Cultura, Dario Franceschini, describió a Scola en la red social de Twitter como «un gran maestro, un hombre extraordinario, joven hasta el último día de su vida».
«Participé en el filme 'La famiglia' y fue una gran experiencia profesional y vital estar al lado de un hombre de grandísima inteligencia e ironía», subrayó el productor y actor Andrea Occhipinti.
«Con él, perdemos un gran hombre, un hombre curioso de todo lo que sucedía, nunca hipócrita y siempre con una mente abierta», agregó.
Nacido en Trevico (Avellino) el 10 de mayo de 1931, Scola comenzó a pronta edad a colaborar con la revista de humor «Marc'Aurelio», donde tomó contacto con figuras tan destacadas como Federico Fellini, Furio Scarpelli y Steno.
En los años 50, comenzó a escribir escenificaciones para cintas como «Un americano a Roma» (1954), «La grande guerra» (1959) o «Crimen» (1960).
Pero sin duda una de las fechas señaladas en la vida de este genio inolvidable del cine italiano fue 1964, cuando dio el salto a la dirección con el filme «Se permettete parliamo di donne», con Vittorio Gassman como protagonista.
Tras esta, vendrían otras cintas como «Il commissario Pepe» (1969) o «Dramma della gelosia - Tutti i particolari in cronaca» (1970).
Autor de numerosas películas como «Il sorpasso» o «La cena», quizá uno de los filmes más importantes en su haber fue «C'eravamo tanto amati» de 1974 en el que contó la historia de tres amigos Vittorio Gassman, Nino Manfredi y Stefano Satta Flores, todos enamorados de Luciana (Stefania Sandrelli).
Solo tres años más tarde, regaló al mundo del celuloide una de las joyas más importantes del cine italiano e internacional: «Una giornata particolare», película protagonizada por Sophia Loren y Marcello Mastroiani y su amor a la sombra del fascismo, que se convirtió en un clásico del séptimo arte.
Una de sus últimas películas fue «Che strano chiamarsi Federico!», un documental homenaje a Federico Fellini que realizó en 2013 para conmemorar el vigésimo aniversario de la muerte del director de grandes obras como «Ocho y medio» (1963).
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.