Cuatro escenarios surtidos con una veintena de artistas y más de once horas ininterrumpidas de música daban comienzo con Bocabeats, una de las bandas emergentes del panorama local. Casi paralelamente, los dos escenarios principales medían las propuestas de Live Jove y Jorra i Gomorra, a quienes relevaron la electrónica cautivadora de la catalana Pavvla y el primer gran nombre del cartel: Amaia. La artista navarra, que con solo dos temas publicados ha captado la atención de millones de oyentes, perpetró un concierto en el que adelantó alguna de las canciones que darán forma a su esperado debut. Lo hizo con temple y a volandas del fervor que despierta su presencia entre los fans. Su paso por el festival registró un seísmo de 7.5 en la escala Pop.
La intensidad no decayó con La M.O.D.A., cuyo maridaje de folk, punk, blues y rock and roll engranó una marcha extra de intensidad. Mientras, el power trío The Mani-Las –en cuyas filas figura Maika Makovski– reclamaba la atención del público con un cóctel musical que agita las esencias salvajes del punk-rock, y las combina eficazmente con country y rockabilly. Simultáneamente, la electrónica sofisticada de Guri Feat Eider y el post punk de Haus Frauen amenizaban los escenarios adyacentes.
Ombra y su rock alternativo con sello de autor colocaba el punto de inflexión en la parrilla de actuaciones, el inicio de su propuesta daba paso a una cascada de artistas mediáticos encabezada por Vetusta Morla, una banda con un discurso solvente y un directo incendiario, a quienes seguirían las rimas urbanas y el rap peleón de Ayax y Prok; la fusión entusiasta de La Pegatina; el indie pop saltarín de Two Door Cinema Club, y uno de los referentes indiscutibles de la electrónica, el DJ francés Laurent Garnier, cuyas sesiones han lubricado las madrugadas en los mejores clubs del mundo. Se acerca la medianoche, y esto empieza de verdad.
Ludicos, festivos, policulturales, y mestizos, todos los adjetivos caben en La Pegatina y Mallorca fue testigo de la imprevisibilidad del directo de los catalanes.
La Pegatina combina eficazmente ritmos de rumba catalana con ska, merengue, reggae o lo que se les antojo, todo tiene cabida en su angulat vision musical
A última hora de la noche, Vetusta Morla seducía al público con su arrolladora personalidad musical, tan acusada que resulta imposible disolverla en el zumo de modelos preconcebidos. No suenan ni recuerdan a nada ni nadie. Todo un logro en los tiempos que corren, en los que la mayoría de bandas parecen salidas de una cadena de montaje. Y es que su repertorio está repleto de canciones robustas, que aglutinan la angustia por el desamor, la soledad y el paso del tiempo. Temas que lucen un brillo que no observamos en otras bandas, y elevan al sexteto madrileño al púlpito de los iconos más reconocibles de la escena indie estatal. Cerramos la crónica a la espera de lo que nos depare la jornada del sábado.
1 comentario
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Vaya titular. Ya estamos con el fanfarroneo mallorquin. Vamos a ver, el que sabe de festivales sabe perfectamente que estamos lejos de esa mencionada liga. Es grande para nosotros por el simple hecho que en Mallorca nunca hemis tenido algo asi. La península esta llena de festivales realmente gigantes. Intentemos ser como nuestros abuelos que eran humildes lo que es mejor que toda esa tonteria de ahora de creerse el centro del mundo