Joan Carles Bestard. | Pilar Pellicer

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Joan Carles Bestard podrá presumir, de ahora en adelante, de aparecer en una serie de Netflix. Se trata de la secuela de La catedral del mar, adaptación del bestseller de Ildefonso Falcones, y que llevará por título Los herederos de la Tierra. El conocido actor recaló en Barcelona este miércoles y jueves para realizar los primeros ensayos y las pruebas de maquillaje, peluquería y vestuario.

Precisamente, Netflix acaba de anunciar que el intérprete Yon González será el protagonista de esta esperada continuación, que también dirigirá Jordi Frades. Esta nueva adaptación está producida por Netflix en colaboración con Diagonal TV, que también produjo la primera entrega, la cual tuvo gran éxito tanto en abierto –a través de Antena 3 y la autonómica catalana TV3– así como en la plataforma de streaming, donde aún se puede disfrutar de ella.

Joan Carles Bestard, durante las pruebas de vestuario.

Respecto al hecho de estrenarse en Netflix, Bestard asegura que «lo único que me importa es trabajar» y confiesa que «acudí al cásting después de que mi agente de Madrid me insistiera varias veces». «Las productoras mallorquinas no tienen nada que envidiar, en calidad y exigencia, a las nacionales», afirma.

Sin embargo, reconoce, «estoy muy contento de haberme presentado y la prueba fue muy bien, el mismo día me dijeron que el papel era mío». En cuanto a su personaje, al que llaman ‘el cubero' y que «no tiene nombre de nacimiento», Bestard explica que es «totalmente opuesto a mí, es un hombre muy violento, un maltratador» y «las escenas son bastante desagradables y violentas», añade Bestard, que ya lleva unas cinco pruebas PCR y serologías en apenas dos meses. «De los ocho capítulos que tendrá, apareceré en cuatro o cinco», apunta. La serie, como avanzó Netflix, comenzará su rodaje en Barcelona la primera semana de noviembre, aunque no será hasta principios de enero cuando Bestard se incorpore.

«Resulta que mi personaje se casa con la madre del protagonista, Hugo (Yon González), pero yo me opongo constantemente a que él venga a visitarla a casa, incluso amenazo con matarla a palos si vuelve», detalla. «Mi personaje no tiene empatía con nadie, es un pobre desgraciado que ni tiene un nombre», añade.

Bestard, que ha girado este verano con La corte de Faraón y sigue con Un marit fora corda, «un vodevil puro y duro» producido por Trui, espera que «en noviembre se firme la financiación para un proyecto muy importante a nivel nacional, en un teatro de Madrid de renombre, algo que ya se estrenaría el año que viene».