¿Como vivió la pandemia?, ¿fue un período productivo para usted?
— Pues la verdad es que me pilló con un pequeño recién llegado al mundo. Fue providencial porque pude volcarme en su cuidado, aunque también hice varios conciertos online y compuse alguna canción.
Música, teatro, televisión... usted no para, ¿no echa de menos un poco de monotonía?
— La disfruto mucho cuando llega, pero ahora con el crío estoy completamente entregado a la causa paterna. Creo que con la vida que llevamos, a veces parar máquinas es difícil, estamos todos metidos en una constante huida hacia adelante. Personalmente, parar de vez en cuando me viene bien para componer, porque soy de los que necesitan silencio y quietud para crear.
¿Qué nuevas experiencias interpretativas le ha brindado la serie Hernán?
— Fueron tres intensos meses en México, un país que me encanta, y gracias a la serie pude conocer rincones en los que aún no había estado. Ahora tendríamos que haber empezado el rodaje de la segunda temporada, pero con la actual situación sanitaria se ha pospuesto hasta 2021.
¿Para cuándo nuevo material?
— En eso estoy, pero por circunstancias me veo obligado a posponerlo. Asumo que soy de ‘cocción lenta', piensa que entre mi primer y segundo disco transcurrieron dieciséis años, pero esta vez no quiero tardar tanto.
¿En qué anda metido ahora?
— En la preparación del concierto, ensayando con la banda el estreno de nuevos temas.
En Si me nombras demuestra que estilos como el rock, el jazz o el bolero pueden congeniar, ¿cree que está más cerca del concepto musical que buscaba?
— A medida que pasan los años me doy cuenta que utilizo cualquier contexto musical en virtud de lo que quiero contar, sin ningún tipo de limitación.
Las relaciones sentimentales y las miserias del ser humano ocupan un espacio preponderante en sus canciones, ¿por qué nos gusta tanto regodearnos en el dolor?
— Depende de nuestro grado de masoquismo. Me guste o no es uno de los sustratos más inspiradores, de los que aportan mayor cantidad de material. Es una putada tener que estar jodido para entregar una buena obra.
Aunque se maneja con soltura en varios géneros, ¿con cuál se encuentra en casa?
— Siempre ha sido con el jazz y el rock mezclados con la armonía y riqueza rítmica de la música brasileña.
¿Le preocupa la situación que atraviesa la música en directo?
— Sí, esto atañe a mucha gente, a muchas familias. Si antes ya era complicado imagina ahora.
¿Qué día la ovación del publico le dejo petrificado?
— Diría que en la presentación del disco Si me nombras en el Teatre Principal, fue absolutamente emocionante.
¿Qué le relaja?
— El silencio y la paz que se respira en el campo o frente al mar.
¿De qué artistas fue fan durante sus años adolescentes?
— De muchos artistas de rock sinfónico y pop rock británico y americano, pero sobre todo destacaría a David Bowie.
¿Qué interprete le dejó sin palabras?
— Pedro Guerra, flipé en colores.
¿A quién habría que dar un premio urgentemente?
— A Stephen Sondheim, es el autor de mucho teatro musical. Es un autor total, firma el libreto, la música, los arreglos...
¿Cuál fue la última canción que le salvó la vida?
— Te diré dos: First circle, de Pat Metheny, y Stop this train, de John Mayer.
4 comentarios
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Gran músico al que tuve el honor de conocer en sus inicios,acompañando al gran Juan Bibiloni,entre otros buenos músicos de Palma.
Y quien no, necesita silencio y quietud para crear. Pero los h.p. de los vecinos no nos lo permiten.
Imagínate en ciudadano normal que debe aguantar todo el día estos que se llaman artistas callejeros especialistas en ruido de bajo de tu oficina pagando todos tus impuestos y sin derecho a quejarte cuando cualquier música traspasa el ámbito de la intimidad (insonorización total de locales de ensayo públicos y privados) es una molestia para las personas normales lo primero respecto sin ninguna imposición
Un talante horaciano, cercano al ideal del "Beatus ille".