El actor madrileño Hugo Silva posó para este diario antes de continuar con el rodaje de ‘El faro’.  | Pere Bota

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A pesar de lo poco que ha estado en las calles de Palma, unos turistas le reconocen mientras posa para el fotógrafo. Hugo Silva saluda y lo hace con profesionalidad, curtido por la experiencia de tantos años ante el ojo público. Sus papeles hablan por él y ahora, por fin, lo lleva «con naturalidad». Está en Mallorca rodando El faro, un thriller que dirige Ángeles Hernández y que arrancó en Menorca hace unos días para trasladarse a la Isla mayor. Aquí, Silva, y el resto del equipo, en el que también están Irene Montalà o Zoe Arnao, se desplazarán a varias localizaciones como el Port de Sóller o las Coves dels Hams, donde rodaron ayer tras el encuentro con la prensa.

¿Ha trastocado mucho los planes de producción el mal tiempo?
— Un poco sí, la verdad, pero aprovechamos para hacer otras cosas y así no perdemos el tiempo. El otro día, por ejemplo, no podíamos salir con el velero porque había olas de cuatro metros y es que no podíamos ni desplazarnos lo más mínimo, pero en exteriores es un riesgo que siempre puede pasar. En cualquier caso siempre tenemos un plan b.

Primera vez que rueda en la Isla, ¿qué impresión le está dando?
— La verdad es que está siendo un recibimiento muy bueno y estoy muy a gusto. Solo estaré una semana y me hubiera gustado poder estar más.

¿Qué puede contar de Pablo, su personaje en El faro?
— Pablo es un tipo que ha pasado por una situación muy traumática y decide aislarse con su hija para empezar una vida nueva a modo de terapia de la mejor manera que puede, pero es un personaje bonito y tiene algo de atormentado, pero no deja de ser alguien muy noble. Es un personaje que me está gustando mucho.

¿Cómo es incorporar este personaje a su ya larga lista de roles tanto cómicos como dramáticos?
— Ha ido bien, ya he hecho papeles de este estilo en otras producciones. La verdad es que en España es algo alterno, mientras que en Estados Unidos muchas veces, cuando dices que eres actor, te suelen preguntar de qué, porque piensan que eres actor de comedia o de drama, pero aquí hacemos de todo y no hay problema con ello, solo es encontrar el código.

Hace un tiempo dijo que no podía estar un año parado porque ahora tiene hijos y este 2022 se han estrenado o estrenarán ya más de siete títulos suyos. Se lo ha tomado al pie de la letra.
— (Risas) Bueno, aquello fue en realidad un titular, pero es cierto que en general hay mucho trabajo ahora mismo, pero en este gremio también hay mucho paro, no todo el mundo trabaja. Es como si con la pandemia hubiéramos gastado la ficción y hubiera que reponerla.

Hay mucha oferta, pero en plataformas, ¿cree que el cine se resiente de ello?
— Sí, y esto es opinión personal totalmente, pero una peli vista en el cine no tiene nada que ver con mirarla en casa. Es como el teatro, te toca más.

La directora del filme, Ángeles Hernández, junto a Hugo Silva.

En ‘Crossfire' trabajó con Alba Brunet, ¿qué tal esa experiencia?
— ¡Muy bien! Sí, con Alba, ella hacía de mi mujer. Se formó un grupo fantástico y brutal y, además, todo sucede en un hotel y es el mismo que en el que nos hospedábamos, por lo que fue una experiencia muy interesante.

Por otro lado, me gustaría preguntarle por Pacino, su rol en ‘El Ministerio del Tiempo', hecho a medida para usted.
— Me lo pasé muy bien con Pacino. Javier Olivares, el creador de la serie, con quien trabajé en Los hombres de Paco, pensó en mí al crearlo y recoge esa alma y ese fondo. Fue un regalazo.