Coster, un espacio de búsqueda de una belleza entre «lo extraño y lo siniestro»
Obras de Susana Solano y Eva Lootz, ambas ganadoras del Premio Nacional de Artes Plásticas, se exhiben en este nuevo centro que se ubica en Pollença
De izquierda a derecha: Fernando Gómez de la Cuesta, Susana Solano, Eva Lootz, Amador Magraner y Stella Rahola posaron en la inauguración de Coster, un nuevo centro dedicado al arte que se ubica en la falda del Puig de Maria, en Pollença. | A.A.
Coster es la parte lateral de una montaña, y ahora también es el nombre de un nuevo centro de arte y naturaleza que se inauguró este jueves en Pollença. Un espacio que se sitúa en una finca rústica en la falda del Puig de Maria. La exposición Raig es la que ha dado inicio a esta nueva creación artística comisariada por Fernando Gómez de la Cuesta. Esta es una iniciativa que ha surgido de la mano del artista pollensí Amador Magraner.
En la que ahora es su primera exposición solamente se encuentran cinco obras de las artistas Eva Lootz, Susana Solano y Stella Rahola, así como del propio Maganer, aunque se pretende ir cambiándolas y añadir otras nuevas a la colección. Algunas de estas estarán fijas como es La cama de Penélope (2022), una pieza que ha creado Lootz para la ocasión. Una escultura inspirada en un episodio de la Odisea de Homero, del que la Premio Nacional de Artes Plásticas –al igual que Solano– explica que «es el único fragmento que me marcó, de ahí me vino la inspiración para crear esta estructura que se basa en la cama y en una de las patas hay un árbol, un olivo, al igual que en el caso de Penélope y Ulises».
Solano presenta dos piezas, Conversió (2022) y Baalbek II (2008), la primera de ellas elaborada íntegramente para la pared en concreto y que según la propia artista «es una obra que obliga a posicionarse y a interactuar con ella y hace que el espectador tenga una duda perceptiva y sobre su posición». Además, esta va variando según la hora del día y donde se encuentre el sol por el reflejo que genera. «Yo veía esta pared seca que pedía una intervención, pero a la vez quería jugar con la imagen, de ahí surgió». La segunda de ellas genera una cierta disonancia, ya que «tiene unas formas que te atraen pero a la vez inquietan», sentencia Fernando Gómez de la Cuesta, comisario.
Otra de las piezas que forman parte del conjunto es Ufana (2022), de Stella Rahola, que consiste en un proyecto de transformación, prueba, error y fractura. Una pieza que el espacio ha acogido y se ha adaptado a la propia estructura. Compuesta por diferentes técnicas del vidrio y le acompaña un audio resultado de un experimento sonoro de la propia artista. La obra de Amador Magraner, Germinacions (1999-2022), completa el recorrido. Basándose en su niñez y lo que veía en el campo, el creador se inspiró en ese recuerdo y empezó a cavar agujeros y los rellenó de polietileno. «Quería hacer algo diferente, yo siempre veía a la gente que plantaba en el campo, pero yo no quería hacer eso, sino algo diferente», afirma Magraner.
Futuro
Coster es un proyecto que aún está en proceso, en un futuro «queremos que esto sea una especie de nido donde se incorporen otros tipos de arte y se amplíe y que tenga un componente de unión entre la gente y la naturaleza», comenta el artista. Gómez de la Cuesta, que lo define como un espacio que busca una belleza «entre lo extraño y lo siniestro», defiende que «uno de los valores fundamentales es hacer residencias, ya que la desmaterialización es muy evidente y tiene que ver con la proximidad y la cercanía con las personas. Por ello queremos hacer residencias para promover estos valores y la influencia de los artistas». Una exposición que se podrá disfrutar los miércoles y viernes, a partir de la semana que viene y que se podrá hacer libremente.
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