Penélope Cruz, 'Dulceida', Macarena Gómez y Eduardo Casanova, a su paso por la alfombra roja. | Efe

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El año 2022 se cerró con una gran cosecha para el cine español, la mejor en años; al menos, eso fue lo más escuchado entre los asistentes a la gala de los Premios Goya 2023. No fue, en cambio, la mejor cosecha para los outfits de la ceremonia, este año celebrada en la capital andaluza, Sevilla. Fue una noche azul, por el color de la alfombra (donde esté el rojo...), y llena de contrastes, con acierto, con una espectacular Penélope Cruz a la cabeza –como se aprecia en la imagen de la derecha– o una rompedora Milena Smit; y demasiados flops, con una Belén Rueda excesiva, una Goya Toledo enfundada en un nórdico arrugado con flecos o una Dulceida sacada de Traitors España, por citar a algunos ejemplos. Pese a ello, directores y directoras –este año hay más nominadas que nunca–, intérpretes, guionistas, técnicos e invitados ilustres como Juliette Binoche desfilaron por esta pasarela de cine con fuerza y ganas, con besos y abrazos y, por fin, sin mascarillas.

Mallorca también estuvo presente en esta 37 edición de los premios de la Academia de Cine; la actriz Vicky Luengo, candidata a mejor actriz por su papel en Suro, pisó la alfombra roja tímida y algo rígida, no es fácil exponerse ante centenares de medios de comunicación en esta gran cita con el cine español. No fue la única, nuestro Marcos Cabotá acudió a la ceremonia con sus colegas Álex González o María Pedraza, y su esposa Marta Fernández. De hecho, de camino al auditorio sevillano coincidieron en el autobús con estrellas como J.A. Bayona y Carlos Cuevas.

Y si ellas suelen mandar en la alfombra roja (o azul), hace algunos años que ese tópico es historia. De hecho, son los más jóvenes los que brillaron. Véase actores como Álvaro Cervantes, los Javis, los nominados Miguel Herrán y Albert Bosch, y Martiño Rivas, el nuevo Nacho Vidal en la serie de televisión que se estrena el 5 de marzo. No se puede decir lo mismo de Eduardo Casanova, cuyos estilismos imposibles se están haciendo cada vez más repetitivos. Eso sí, no se le puede negar el riesgo. Y si los estilismos del eterno Fidel de Aída empiezan a cansar, lo mismo se puede decir de la canción de Blanca Paloma que representará a España en Eurovisión este mayo: Eaea. Sonó de manera ininterrumpida durante las dos horas y media que se prolongó la alfombra azul, provocando más de una jaqueca por muy pegadiza que sea.