Bujosa está viviendo la experiencia al máximo e intentando sacar el provecho mayor: «Es como un regalo para mí porque es como un master exprés de producción», en el que está pudiendo relacionarse con «gente muy sabia», ya que los mentores de este año incluyen nombres como Paco Plaza, Elena López Riera o Pilar Palomero.
En su caso, su tutora es Nuria Giménez Lorang, creadora de My Mexican Bretzel, de quien solo tiene buenas palabras: «Es un encanto, está siendo un gran apoyo y está muy pendiente». Todo ello da como resultado que el paso de Bujosa por La Incubadora esté yendo «de manera maravillosa y que suponga un chute enorme para todo el equipo de Mansalva Films –su productora– y para mí misma».
Así pues, han abordado varias facetas de su proyecto, del cual ya adelantó Ultima Hora los detalles, como los motivos que impulsan a Bujosa a tratarlo de manera cinematográfica, «analizando las intenciones profundas y por qué estoy haciéndolo», de maner que desde ahí se pueda trabajar en el aspecto formal desde una coherencia interna que dé como resultado «una película que sea redonda».
A partir de entonces, y en las semanas que quedan todavía de La Incubadora, pasarán a trabajar en el cómo se rodará, teniendo la base sólida que permita edificar una cinematográficamente (es decir, de manera visual y estética) la historia a contar.
Para Bujosa, además, se nota que La Incubadora apuesta firmemente por la producción real de los proyectos, y además les ofrece la gran ventaja de que «coloca el documental en un punto de partida muy bueno para buscar luego financiación y darle visibilidad, ya que lo eleva a un escalón enorme», algo que se acredita con tan solo echar un vistazo a los proyectos anteriores que ya han pasado por el programa y que han sido galardonados en varios festivales de renombre como Berlín: «Tienen buen ojo a la hora de escoger», comenta Bujosa. Por ello, la sola etiqueta que proporciona el estar en La Incubadora «es un sello de calidad» y, además, «nos da herramientas para que el proyecto llegue a realizarse».
Por otro lado, Bujosa también tiene en marcha otros proyectos propios y ajenos. Por un lado, uno de Joan Porcel a través de Mansalva, además de un cortometraje propio que sigue la misma línea que la propia Bujosa explora en todas sus propuestas: «Hablar de lo que me rodea, esa es mi raíz, yo misma, mi identidad». En este sentido, Oasis (título provisional que cuenta con el apoyo de IB3) es «algo que he rodado un poco de manera inconsciente durante och oaños y que tiene que ver con Banyalbufar, el pueblo de donde es mi abuelo, y sobre cómo queremos estar más cerca de la tierra, pero tampoco vivir en el campo, o estar en la ciudad, pero al mismo tiempo no y cómo parece que nada nos va bien». Un sentimiento que, asegura, «nos afectan a todas». Y no le falta razón.
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