Su atracción por la sensibilidad humana es lo que le ha llevado a dedicarse en cuerpo y alma a sus dos pasiones: la medicina y la pintura, que «forman parte de mi ser más profundo». «Con la cirugía intento tener la afectividad que requiere estar tratando con los enfermos y lo mismo ocurre con el arte, siempre experimento con la delicadeza a la hora de crear las obras, para que haya un aspecto recíproco por parte del espectador», justifica Forteza.
Impresiones
Rostros, expresiones, sensibilidad, sensaciones positivas o, por el contrario negativas son algunos de los momentos que ha querido captar el artista en su exposición. Esta es la primera vez que el creador expone en esta galería de Sóller, aunque también ha participado en otras como en el Colegio de Médicos o en la Carlos Taché de Barcelona. Aquella fue una ocasión especial, ya que se trataba de la muestra Estancias, donde Rafa Forteza [hermano del artista y, también pintor] le quiso rendir un homenaje. Javier, por su parte, exhibía Rostros, donde se entremezclaban numerosos dibujos en un interesante diálogo.
Rafa, por otro lado, explica que «hoy en día, en el arte solamente se valora la creatividad y, por ello, los visitantes de Can Prunera tienen un papel muy importante en este proyecto». La «parte reactiva», continúa, «hace que se sigan llevando a cabo citas tan fundamentales, donde la pintura es la mayor protagonista». «Espero que esta muestra apele a la sensibilidad de muchas personas», concluye Javier Forteza.
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