Carolina Ripoll (Palma, 1995), que cogerá el relevo de la mítica Librería Ripoll, ha asistido recientemente a la 45 edición de la Feria Internacional del Libro Anticuario de Boston, la más importante de este sector junto con la de Nueva York. De hecho, fue la única librería española de la cita, a la que, a su vez, acudía por primera vez la Ripoll.
«Nos costó decidir qué obras nos teníamos que llevar, porque nunca habíamos ido a Estados Unidos. Fue una vez allí cuando averiguamos que había mucho interés en el libro raro, no tanto en el antiguo», coinciden Carolina y su hermano Tomàs, que la acompañó.
Sobre esta distinción, aclaran que, para el mercado norteamericano, «un libro raro es una primera edición del primer libro de Harry Potter –cuentan que había uno que se vendía a 220.000 dólares–, Ian Fleming o Agatha Christie. Son rarezas, pizas de colección». «Para nosotros, los libros antiguos y raros son un poco lo mismo, pero para ellos son dos mundos diferentes. Apenas tocan lo antiguo y consideran esta feria como una ‘rare book fair'. Es algo que nos impactó muchísimo», añaden. «Muchos llevaban tan solo cincuenta libros que, para nosotros, no es nada», puntualizan. Y es que la Librería Ripoll se compone de 16.000 títulos inventariados y de otros 100.000 que no lo están, especialmente debido a la falta de tiempo.
Al final, optaron por un abanico de libros que incluían viajes, títulos procedentes del sur y el centro de América o títulos sobre arte. En total, 98 kilos. «Llevamos un ejemplar sobre Picasso y otro sobre Dalí que despertaron mucho interés pero no representa demasiado nuestro espíritu de librería. También nos llamó la atención el éxito de los almanaques portugueses», precisan.
Así las cosas, reconocen que la experiencia fue muy provechosa. «Fue de gran ayuda para hacer contactos con los americanos, algo muy complicado desde Mallorca, y también para darnos cuenta de las diferencias culturales. Por ejemplo, allí valoran mucho el componente visual de la obra. Así, si hay dos obras iguales, con el mismo contenido, pero una incluye ilustraciones, ellos prefieren quedarse con este último caso. Les entra todo por los ojos, lo ven más como un objeto y, en cambio, en España prevalece el contenido, la investigación», comparan.
La interacción con los clientes también fue «sorprendente». «La gente es muy directa, menos comunicativa. En cambio, los hispanos, son como los españoles, se muestran más cercanos. Como anécdota, hubo dos personas que nos hablaron en catalán. Eran americanos que habían vivido en Barcelona o conocían la ciudad y, a raíz de ahí, quisieron aprender la lengua por su cuenta. Fue muy bonito», concluyen.
El dato
La nueva Librería Ripoll abrirá en marzo en Can Sanç
El Ajuntament de Palma ha tardado tres años en concederles el permiso de obras que, tras varios obstáculos burocráticos, pudieron empezar el pasado mes de mayo. Ahora, la previsión es que la mítica Librería Ripoll pueda reabrir sus puertas en Can Sanç número 8 el próximo mes de marzo de 2024.
El proceso -que ahora considera que está en un 70%- también ha sido tortuoso debido a la voluntad de la familia de preservar el edificio. De hecho, han querido conservar muchos elementos, incluso unos clavos, que datan del siglo XVIII.
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