El quinteto Antònia Font, con Pau Debon (cantante) al frente, en una imagen promocional de su último disco, ‘Un minut estroboscòpica’. | A.F.

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Hace casi tres años, el panorama musical de las Islas –y del resto de territorio de habla catalana– recibía una de las mejores noticias posibles: Antònia Font regresaba a los escenarios. Y lo hacía por todo lo alto: con un nuevo disco, Un minut estroboscòpica (Primavera Labels, 2022) y una gira intensa. Lejos de ser suficiente, el quinteto mallorquín ha decidido continuar con los conciertos, pero por diferentes teatros y auditorios, en un formato más íntimo. Esta noche llegan –por primera vez en su trayectoria– al Auditòrium de Palma, donde también actuarán mañana y el 1 de marzo. Pau Debon, cantante de la banda, reflexiona sobre la trayectoria y este nuevo tour.

¿Por qué esta gira por teatros, en un formato más íntimo?
Siempre nos hemos sentido muy cómodos así. Creemos que, en un espacio cerrado, se pueden escuchar matices y detalles de Antònia Font, elementos que se pierden cuando tocamos en grandes escenarios. Es cierto que puede haber más adrenalina y potencia en ellos, pero la calidad del sonido, los matices y el feeling con el público no es el mismo. Hay más intimidad y cercanía, algo que siempre nos ha gustado y hemos querido seguir haciendo. Además, era algo que también nos pedía la gente. Hay quien nos ha dicho que no ha venido a nuestros conciertos porque no se siente cómoda en las multitudes.

Entonces, ¿prefiere gente sentada más tranquilamente en butacas que no multitudes bailando?
A mí me gusta más este formato más íntimo. Imagino que la edad influye en cierto modo, porque lo hemos hecho a lo último, pero cada concierto tiene lo suyo. Trabajamos mucho por cuidar los detalles y es una lástima que no se puedan transmitir como es debido. Personalmente, en un escenario tan grande, con tanta potencia y volumen, hace que sea imposible que el sonido sea bueno. Y entonces yo lo paso mal. Además, la gente está lejos y a mí me gusta ver las caras, tener contacto visual...

Sí que es meticuloso...
Es que trabajamos muy duro para que sea así. Hay muchos detalles fundamentales para nosotros y eso hace que, al final, una canción suene de una manera u otra. El sonido de Antònia Font, y en realidad la de cualquier grupo, depende de los matices, de los arreglos que puedas hacer... Un teatro o un auditorio permite que la gente pueda escuchar bien, también las letras. Hay gente nueva que no conoce todo el repertorio y así pueden entender bien la letra.

¿Cómo responde la gente? Debe costar estar sentado mientras suena Wa yeah! o Alegria...
Tenemos la suerte de contar con un repertorio amplio y dinámico, porque puedes empezar con temas más tranquilos, con todos los matices y el espectáculo de luces e imagen, que cuidamos tanto, pero también puedes terminar con canciones más festivas como las que mencionas, con la gente de pie, bailando. Nos encanta el ambiente que se genera.

En un principio, estaban previstas dos actuaciones en el Auditòrium de Palma, pero tuvieron que añadir una tercera. Parece que nunca estamos cansados de Antònia Font.... ¿Y vosotros? ¿A veces estáis cansados del público o de Antònia Font?
Está claro que al principio de una gira tenemos muchas ganas y cuantas más fechas mejor, eso quiere decir que la gente responde y tiene tantas ganas como nosotros de seguir. Ahora bien, es cierto que será una gira intensa y ya veremos qué pasara luego. A nivel personal, el público nos ha demostrado que ha estado ahí. Estuvimos parados nueve años y la gente seguía ahí, no se olvidó de nosotros. A nivel de grupo, después de la gira veremos si nos ha bastado o no, si estamos cansados, que bien podría ser así. Las giras son intensas, hay que combinarlas con la vida familiar y laboral.... Será un año intenso y bonito, al final de gira ya veremos qué pasa: si nos apetece hacer un nuevo disco, seguir tocando o dar por terminada esta segunda etapa de Antònia Font.

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Parece que no les gusta hacer planes a largo plazo.
No, y menos ahora. Al principio sí que vas planificando, vas haciendo discos... pero llega un momento en el que nos cuesta tener un mensaje, cuesta encontrar algo que decir, así que lo dejas como grupo por falta de contenido... Luego vuelves, pero la intención es otra. Antes éramos un grupo que hacía un disco tras otro, siempre estábamos pensando en el siguiente, trabajando. Ahora no es así. Hemos hecho un disco, si va bien perfecto y si no, no pasa nada. Nos hemos quitado mucha presión de encima a la hora de mantener el grupo. Tenemos una manera diferente de ver las giras.

Comenzaron a finales de los 90, hace casi treinta años, debe resultar imposible no ser nostálgico...
La nostalgia no debe perderse en casos así, con cualquier hecho o actividad que dure mucho tiempo. Tampoco la perspectiva. Es evidente que cuando empiezas una historia no te paras a pensar o no te imaginas lo que pasará. Simplemente vas haciendo. Y cuando llegas a los 20 años y ves lo que hemos conseguido con Antònia Font... Son sentimientos muy bonitos. Nunca nos hubiéramos imaginado todo lo que ha venido después, tampoco que lo dejaríamos, que volveríamos y llenaríamos teatros. Nos ha sorprendido a todos, pero lo disfrutamos a tope, porque sabemos que son situaciones muy especiales que no todo el mundo puede vivir. Nosotros tampoco viviremos para siempre, es ahora que tenemos que disfrutar del momento.

A veces echamos de menos lugares o personas, pero en realidad añoramos aquella época o cómo éramos en aquel momento. Alguien me dijo hace poco que la nostalgia tiene mala prensa...
Yo no tengo la sensación de añoranza, sino de recuerdo. Soy una persona muy optimista, siempre intento recordar lo bueno que me ha pasado. Antònia Font es, sin duda, una de las cosas más importantes que me han pasado en la vida y siempre lo recordaré. Por otra parte, la nostalgia tiene mala prensa porque no puedes vivir de ella, de una época pasada. No podemos vivir de Alegria. Vivimos en el presente, hemos hecho otro disco y otra gira. Está bien recordarla cuando repasas la trayectoria, pero si hemos vuelto es porque tenemos algo más que decir, no por volver a repetir ese mismo momento.

De hecho, la canción más escuchada es Alegria. Imagino que no debe de ser su preferida...
No es mi canción preferida, no. Al principio vimos que sería buena, pero eso depende de factores que se te escapan. ¿Por qué una canción se hace más viral que otra? Puedes intuir algo, por si una es más pegadiza que otra, pero cuesta decir cuál sobrevivirá las temporadas. Alegria es una canción que nos define y le tenemos un cariño especial. No sé cuál es mi preferida ni la del grupo. Sin embargo, siempre digo que Portaavions es de las que más me gustan, es corta pero muy intensa. Me gusta cantarla, aunque eso también depende del momento.

Entre las más escuchadas también figuran las clásicas Viure sense tu, Calgary 88 y Wa Yeah!. Oh la la, del último disco, también está por ahí... ¿El público también es nostálgico?Canciones como Alegria se escuchan más y, al final, si alguien no conoce Antònia Font y nos busca por internet será la primera que aparecerá, pero si le interesa querrá ir más allá. No doy mucha importancia a las listas de reproducciones, me gusta más que a la gente que le interesa escuchar Antònia Font coja una canción y su letra, para escucharla con atención, intentando entender la letra. Nuestros discos son conceptuales, todas las canciones están relacionadas entre sí. Nuestro ideal sería ese: que nos escucharan con las letras delante, aunque cada uno puede escucharnos como quiera. Pero nosotros trabajamos en ese sentido.

Lamparetes (2011) tiene como portada una foto diurna del icónico edificio de Gesa. ¿Qué le parece la decisión del Ajuntament de comprarlo para hacer un centro cultural?
Ese disco habla del progreso humano y este edificio, guste o no, porque tiene muchas críticas, está claro que es un icono del progreso en Mallorca. En aquella época fue toda una modernidad. Para nosotros es una lástima que esté parado, que se esté desmoronando. Que lo compren y lo rehabiliten como espacios públicos me parece perfecto, ya era hora de que se hiciera algo con él y se recuperara ese edificio tan emblemático.